¿Es necesaro ver el careto de la persona con la que estamos hablado a través de un sistema portatil? No joder, claro que no ¿Y si en vez de su fea cara le ponemos la de una mascota virtual que reaccione con sus gestos? Pues la cosa se vuelve completamente aterradora y me retrotrae a una infancia llena de pesadillas donde los muñecos de mi habitación cobraban vida y me obligaban a robar dinero a mis padres para poder comprarles todo tipo de ridículos accesorios.
El caso es que parece que funciona realmente bien.
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