Ni remakes, ni reboots, ni reboots de reebots, ni refritos, ni revisiones ni nuevos puntos de vista o reinterpretaciones del original. Rockstar pone toda la carne en el asador, consigue volver a mirar a todo el mundo por encima del hombro y nos enseña como se hace una secuela como Dios manda de una icónica saga.
Bully
Derrocha simpatía, aún puede encontrarse a precio muy barato y es un osado intento por hacer un sandbox en otra ambientación. Cuando apareció, todavía faltaba mucho tiempo para que ocurriesen juegos como Red Dead Redemption o L.A. Noire. De hecho, salió probablemente en el peor momento posible: mucha gente estaba dando ya el paso a la nueva generación de consolas y fue de los últimos juegos en aparecer para PS2.