A juzgar por las influencias que suelen destacar los diferentes desarrolladores, parece que no hay juego que haya creado una mayor poso que la saga Zelda. Son innumerables las veces que el clásico de Miyamoto, Tezuka y Aonuma se ha puesto sobre la mesa como base principal para la construcción de un título en pleno 2015. Esto no sólo deja clara la calidad del original, algo que por otra parte pocos parecen dudar, sino que reivindica la AVENTURA (así, con mayúsculas) como elemento principal de interconexión generacional por encima de propuestas más cercanas al arcade contemporáneas al clásico de Nintendo.
Songbringer tiene algo de Zelda, por supuesto, pero también mucho de Superbrothers: Sword & Sworcery EP o Binding of Isaac. De hecho la cercanía con este último resultaría aún más evidente de no haber tomado las distancias necesarias al añadir ciertos elementos, pero no nos anticipemos. El título desarrollado por Nathael Weiss nos pone en la piel de Roq Epimetheos, un tipo bastante alejado del concepto de héroe clásico cuyo máximo objetivo en la vida consiste en realizar fiestas y tocar la guitarra mientras recorre la galaxia en su nave rodeado de personajes de su misma calaña. De hecho el juego comienza mientras Roq y sus camaradas se dirigen a Ekzerra, un planeta libre de las ataduras de la ley donde planean algo así como una rave interplanetaria. Sin embargo todo cambiará cuando una serie de desafortunados acontecimientos entre los que se encuentran un cactus alucinógeno, una mítica espada y la propia estupidez de Roq, desencadenen la Segunda Gran Guerra Intergaláctica.
En vez de la clásica adquisición de punto de experiencia para mejorar las habilidades del héroe, Songbringer intenta huir del arcade machabotones con la posibilidad de fabricar diferentes artículos gracias a los objetos que encontraremos durante nuestra travesía, lo cual no deja de ser otra manera encarar el mismo principio de evolución del héroe de Zelda. También, y tal y como indicaba un poco más arriba, la distancia con respecto a un rogue-like clásico se consigue gracias a las diferentes capas de un mapa generado aleatoriamente entre 300M de combinaciones que crean, más allá de las diferentes mazmorras, un mundo completo que recorrer.
Aunque Songbringer ya ha alcanzado su meta inicial en Kickstarter, aún tienen unos cuantos días para colaborar en la consecución de nuevas metas que lo llevarán a iOS, Android o Xbox One y PS4, así como hacerse con una banda sonora que pinta interesante. De momento la versión de Steam parece asegurada y su lanzamiento se espera para últimos de este mismo año.Songbringer (Kickstarter)