El mundo del videojuego independiente ha encontrado en el pasado un filón donde basar sus historias y mecánicas. La gran mayoría de estos títulos se apartan de las líneas más comerciales donde el aspecto gráfico prima sobre otros apartados como la mecánica o la narrativa del título. Apelando a la nostalgia y a base de influencias clásicas han encontrado un hueco en el mercado trayendo con él antiguas disciplinas como el “Pixel-art” o géneros abandonados por las tendencias comerciales actuales. Sin embargo ¿Han sabido aportar algo nuevo o es una simple vuelta a los orígenes? ¿Es, en definitiva, un Renacimiento o un Neoclasicismo?
La diferencia entre los dos conceptos expresados en el anterior párrafo es clara y se basa en la idea de innovación. En el Renacimiento no solo se adaptaron las tradiciones clásicas, las cuales nunca se habían abandonado del todo en Italia, sino que también se innovó en las formas y usos de esos elementos incorporando mensajes católicos y dándole a los antiguos conceptos nuevos usos. En cambio el Neoclasicismo, no poseía una innovación intrínseca, sino que únicamente fue la utilización de elementos clásicos en un tiempo al que no lo eran propios. Por supuesto el contenido siguió siendo contemporáneo a la época de creación, sin embargo las formas quedaron ancladas en el pasado. ¿Es esto lo que está sucediendo en el ámbito del juego independiente? ¿Existe innovación o simplemente es una puesta al día de un mundo ya pasado?
La respuesta, como todas, no es simple ni general, sino que habría que examinar cada título y compararlo, para comprender que grado de innovación se esconde en los títulos que aparecen bajo la etiqueta de independiente. Sin embargo, y ya que esta tarea se haría interminable, dividiremos a los videojuegos en dos grupos, los que innovan y los que no. Existen títulos como Hotline Miami que si bien no innovan excesivamente en las mecánicas, si añaden capas de originalidad en la historia, la narrativa, y los complementos, especialmente la banda sonora y los colores utilizados. Otros del estilo podrían ser Braid, quien a un título de plataformas y puzles muy tradicional le añaden la mecánica del manejo del tiempo, convirtiendo a un título tradicional en otro innovador. Dentro del campo de la aventura gráfica con interfaz “point & click” encontramos igualmente esta novedad u originalidad, no en las mecánicas, es decir, en la esencia del videojuego, sino en las formas y complementos, como es el caso, por ejemplo, de Resonance, título que permite el manejo de cuatro personajes, uso que añade un nivel más de complejidad al existir el puzle externo, el tradicional, entre el personaje y el entorno, y el interno llevado a cabo entre los mismos personajes del título.
Por tanto, cabría decir, que los títulos que innovan no innovan en la esencia del videojuego, plantada y consolidada desde hace décadas y que permite calificar y etiquetar un título con rapidez. La innovación se esconde en los complementos, en elementos que añaden una capa de complejidad u originalidad a un título que esconde unas mecánicas y una esencia realmente tradicional.
Por supuesto existen otros títulos que rompen con lo establecido, como por ejemplo Minecraft, quien creó, a partir de unos gráficos y una interfaz inspirados en videojuegos clásicos, una mecánica y una forma de juego completamente revolucionaria.
¿Por qué ocurre este suceso? Desde nuestra humilde experiencia y opinión esta disparidad en la evolución del videojuego se debe a un único factor. Los videojuegos independientes nacen como una respuesta a una crisis, una crisis donde algunos consumidores de videojuegos no encontraban sus deseos cumplidos y demandaron otro tipo de productos. A esta crisis se plantearon tres respuestas, una reforma del videojuego clásico, donde entrarían los ejemplos anteriormente citados, los cuales, partiendo de la tradición han engendrado un nuevo título de videojuegos a través de la reforma de las mecánicas clásicas. Otra respuesta sería la reacción, es decir, volver la vista al origen y reproducir las mecánicas clásicas fielmente en contraposición al tipo de videojuego existente que había abandonado esta senda y por último el camino de la revolución del videojuego, siendo Minecraft el ejemplo perfecto de esta respuesta, ofrecer un producto realmente original y sorprendente que en nada tiene que ver con lo que se estaba haciendo hasta ahora.
En definitiva, y para acabar, los videojuegos independientes no han tomado fielmente los pilares clásicos de los videojuegos sino que han sido una respuesta a un problema y han ofrecido diferentes soluciones, desde la reforma hasta la reacción y la revolución, así pues ¿Renacimiento o Neoclasicismo? Como todo concepto impregnado de relativisimo social, depende de cada caso