COLABORA EN NUESTRO PATREON

Punhos de Repúdio nos invita a combatir contra cretinos

Negacionismo beat'em up style

Punhos de Repúdio

Me he encontrado con Punhos de Repúdio casi sin querer, una captura perdida en algún lugar de internet que presentaba otro proyecto basado en los beat’em up de los 90 que ha capturado mi atención por un elemento discordante: la mascarilla de su protagonista. A partir de ahí no he tenido más remedio que investigar, y lo que me he encontrado es un título con una historia «ficticia» de una pandemia global que ha envuelto al mundo y que está siendo ignorada por una serie de fanáticos que no creen que la enfermedad sea real. La protagonista, una ciudadana común adecuadamente protegida con guantes y máscara, hará frente a estos fanáticos con lo que mejor sabe manejar: los puños.

Hay tantísimo aquí que no sé ni por dónde empezar. En primer lugar está el aprovechamiento de la inmediatez, algo que el videojuego, por su propia condición asociada a desarrollos más o menos largos suele ignorar. Después, cómo no, está esa huida de la equidistancia que coloca a los negacionistas en el papel de enemigos y a nuestra protagonista como heroína que recurre a la violencia como jarabe democrático. Por último, aunque igual de importante que el resto, está el juego, claro, que tiene un aspecto más que estupendo.

Desarrollado por BrainDead Broccoli, Punhos de Repúdio recoge lo que intuyo que es el hartazgo de una buena parte de la población de Brasil, que no cuesta trasladar a buena parte de la población mundial. El alejarse de ese lugar calentito en el que parapetarse para no mojarse nunca y observar todo desde una atalaya construida con tu propio ego (a.k.a.. equidistancia) se aborda en Punhos de Repúdio a través de un yo contra el barrio en el que la protagonista representa realmente «el barrio». Los malos ya no son aquellos punkis de los 90, sino aseados personajes vestidos con la camiseta de Brasil y banderita patriótica en mano. El lumpen deja paso a los barrios de clase alta defensores de Bolsonaro.

Se ha hablado (yo he dado bastante la turra con esto) del beat’em up como uno de los pocos géneros que ha sido capaz de dar buena cuenta de los elementos sociales inherentes al momento de su desarrollo. Un género que se asentó sobre la era Reagan para dar paso en el s.XXI a una conciencia de clase mucho más real. Me alegra muchísimo la existencia de Punhos de Repúdio y su acabado alejadísimo de «broma para aprovechar el momento». Me gusta que el mimo en sus animaciones tenga tanta importancia como lo que representan esas mismas animaciones. Sobre todo en un momento en el que damos horario de máxima audiencia a personajes de dudosa calaña.

Punhos de Repúdio tiene una demo disponible tanto en Steam como Itch.io. También tiene una campaña de crowdfunding abierta en la plataforma Catarse, donde pueden contribuir con sus dineros si les apetece.