The Banner Saga es uno de esos juegos que quieres probar según lo ves. El fuerte componente artístico del apartado visual te llama, la ambientación con cargado carácter nórdico y el mundo lleno de nieve se presentan ante los ojos del jugador y le piden que entre en su universo.
Así que lo hemos hecho. Hemos estado probando las cuatro primeras horas del juego para elaborar esta preview y lo que hemos jugado nos ha dejado con ganas de más. El juego de Stoic Games es, básicamente, un RPG con un muy alto componente táctico y de gestión de grupos, pero todas sus partes están compensadas.
Para empezar, debemos gestionar nuestra caravana en un largo peregrinaje, preocupándonos de que haya moral y suministros y enfrentándonos a inmensas escaramuzas y eventos aleatorios en los que nuestras decisiones pueden cambiar, con mucha diferencia, el curso de los acontecimientos, hasta el punto de que pueden morir miembros de nuestro grupo por elegir hacer una cosa u otra durante una conversación.
Aunque en un principio puede parecer terriblemente injusto que la suerte de un acompañante se decida en un evento de este tipo, sirve para sentar rápidamente las bases de la trama. The Banner Saga, al menos en su inicio, es una historia de épica trágica, una continua derrota y un largo peregrinaje huyendo de la catástrofe. Quizá más adelante el juego cambie, pero en estas primeras horas, la trama es un poco lineal y no se nos permite explorar el mundo porque no hacemos más que huir.
Además de la caravana, podremos visitar distintas localizaciones de los pueblos por los que vayamos pasando, y relacionándonos con los personajes que encontremos. Las conversaciones son mediante líneas de texto (y no la omnipresente rueda de diálogos) y nos permiten conocer a los habitantes del mundo con mayor profundidad y, sobre todo, imbuirnos en el mundo.
Porque si hay algo que diferencia al juego con respecto a otras propuestas, es el universo que han construido sus desarrolladores. The Banner Saga respira y está vivo, y en todo momento su ambientación es creíble. Jugados los primeros diez minutos empezamos a aprender la historia de los hombres y los varls (unos inmensos gigantes astados), los conflictos que ha habido en su tierra y la horrible amenaza que está de vuelta. Todo bebe de la cultura vikinga: los nombres, las armas, la estética…pero no lo hace hasta la caricatura, sino con cariño y respeto.
Ayudan los diseños y la artesanía desplegada, porque todo lo que veremos está dibujado a mano: localizaciones, personajes, animaciones…Absolutamente todo. El trabajo hecho es descomunal y le da un aspecto propio, casi de película de Disney de mediados de los 90. A través del apartado artístico se refuerza la idea de cuento, de auténtica historia mitológica.
Su última parte, los combates, se juega de manera similar a la que hemos visto en títulos como XCOM: Enemy Unknown, Expeditions: Conquistador u Omertá. Lucharemos en escenarios divididos en cuadriculas, moviendo a nuestros personajes por turnos y atacando a dos estadísticas: armadura y salud. Para acabar con un enemigo debemos acabar con su salud, pero para hacerle más daño primero deberemos recurrir a destruir su armadura. Hay muchas posibilidades y distintas clases de personaje con habilidades especiales y lo cierto es que aquí el juego se comporta sin piedad. Los errores se pagan muy caros porque la dificultad está ajustadísima, y las derrotas nos dejarán a los combatientes heridos y nos harán perder miembros de la expedición.
Lo más positivo es que, como decía al empezar, The Banner Saga está bien equilibrado entre todas sus partes, con el tiempo repartido en cada modo de juego sin llegar a aburrir al jugador ni cansarlo por la repetición. Eso, unido a su original mundo y acabado artístico, hace que lo esperemos aún con más ganas para probar su versión final, que será un capítulo dentro de una trilogía.
El 14 de enero aparecerá para PC y Mac y podremos probar la experiencia completa. Por lo pronto, promete mucho.Web de The Banner Saga
