Llega el 4 de marzo una nueva entrega del juego de guerra ambientado en el universo Warhammer 40.000, y lo hace con unas cuantas novedades y un precio reducido. Retribution es una expansión que puede jugarse sin necesidad del juego original, y como tal, realmente no se desvía demasiado del propio juego. Nos aportará un nuevo modo de campaña, en el que podemos elegir a cualquiera de las razas (en la entrega original y en la expansión anterior sólo lo hacíamos con los marines espaciales) y seguiremos la trama iniciada en el juego padre. En ese modo campaña contaremos con un elenco de héroes en cada ejército y es de esperar que incluya una historia a la altura de los anteriores.
No hay mucho que comentar del aspecto gráfico, que cumple y está a la altura del original, aunque quizá ya un poco arcaico para andar en pleno 2011. Sí habrá más variedad de escenarios (uno nuevo añadido a los de las campañas anteriores), pero poco más. No creo que ésa sea la idea, sino que la expansión más bien se centra en añadir y pulir el gameplay.
En primer lugar, contamos con una raza nueva que añadir al plantel: la Guardia Imperial. Los que estén familiarizados con el juego de mesa ya saben cómo funciona, pero para los que no, ahí va una explicación. Es lo más parecido en Warhammer 40k a un ejército, contaremos con un montón de unidades y todas ellas llevarán a muchos miembros en el escuadrón, pero por contra serán mucho más débiles que la mayoría de unidades enemigas. A esto hay que añadirle una buena cantidad de tanques y un vehículo para transportar tropas. Además, la unidad básica es capaz de construir pequeños muros para cubrirse y evitar ataques cuerpo a cuerpo, que junto a la capacidad de desplegar torretas a placer nos da un estilo de juego más defensivo y táctico. Finalmente, habrá nuevos héroes: una Inquisidora con capacidad demoledora en el cuerpo a cuerpo y un carismático general con bigotazo para recordar.
Los demás ejércitos no han sido descuidados, y cada uno tendrá una nueva unidad con la que fardar. Todas ellas siguen manteniendo cierta relación con el estilo de juego de cada raza, así que se mantiene la balanza y las estrategias siguen siendo diferentes, cosa buena pues es uno de los mayores alicientes de Dawn of War frente a otros juegos de estrategia y tortas.
Finalmente, y a falta de juzgar la auténtica chicha del juego (el modo campaña), Dawn of War 2: Retribution es más de lo mismo. Y eso, cuando hablamos de una expansión, no es necesariamente malo. Introduce una nueva raza jugable con un manejo y táctica muy distintos al resto, nos da nuevas unidades para cada ejército y, en definitiva, amplía las maneras de jugar una partida sin salirse del tiesto. En marzo, cuando ya esté disponible el juego, sabremos si la campaña está a la altura de las anteriores.
