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Primeras Impresiones: Candle

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CandlePrimeras Impresiones

Siempre es difícil hablar de un título que por diversas circunstancias has vivido su desarrollo con cierta cercanía. Teku Studios se formó en el ahora lejano 2011 con un proyecto bajo el brazo cuya fecha inicial de salida era finales de 2013. Desde entonces, y tras un exitoso paso por Kickstarter, Candle ha ido retrasando su fecha de finalización hasta el actual sine die. Quizás debido a este baile de fechas, los turolenses han puesto a disposición de sus backers una versión beta que si bien no contiene todos los elementos del título final, es más que suficiente como para comprobar que aunque nunca son agradables los retrasos, parece que el tiempo está siendo bien empleado.

Candle nos pone en la piel de Teku, un indefenso miembro de una pacífica tribu que se ve envuelto en el peligroso cometido de rescatar a sus compañeros de las garras de una tribu rival. Al contrario que los miembros de esta última, Teku no es un guerrero, por lo que tendrá que hacer uso de su ingenio si no quiere acabar como sus compañeros o mucho peor.

El mundo de Candle es tan bello como hostil. Gran parte del encanto del título radica en un impresionante apartado artístico realizado por medio de pinturas hechas a mano, con técnicas y materiales tradicionales como la acuarela y la tinta con plumilla. Este enfoque tan “analógico” también se traslada a la animación de los diferentes personajes, las cuales han sido creadas con técnicas tradicionales. El conjunto es un derroche visual al que es difícil ponerle algún pero. Candle es inequívocamente hermoso, si, pero no se trata de una belleza inane, sino que parte del desarrollo del gameplay radica en una correcta observación de los escenarios.

Quienes hayan disfrutado de alguno de los títulos de Amanita Design se sentirán inmediatamente cómodos en Candle. Al contrario que el estudio checo, en Teku Studios han optado por un control más adaptado a los tiempo, el cual deja a un lado el ratón y permite controlar a nuestro protagonista con mando o teclado, pero la sensación de familiaridad esta ahí. Estamos pues ante un point & click en el que deberemos avanzar a base de resolver diferentes acertijos, y aquí es donde entra otra de las virtudes de Candle. En general no se puede decir que los puzles sean complicados, aunque personalmente se me atragantó uno que tiene que ver con dos miembros de la tribu enemiga, pero retoman el clásico reto del “puzle total”, es decir, no tendremos dos o tres pantallas conectadas en las que tras resolver diferentes retos avanzaremos para encontrarnos otras dos o tres salas similares, sino que el título nos obliga a avanzar y retroceder en innumerables ocasiones para poder resolver completamente los acertijos. Esto da como resultado un universo más orgánico cuya idea se refuerza a través de la imprescindible observación de un entorno lleno de sutiles pistas que nos serán imprescindibles para avanzar.

El avanzado estado de la beta también permite comprobar un acabado que no tiene que envidiar nada a títulos más mainstream. Quizás lo que más destaca es la narración a cargo de Pepe Mediavilla, archiconocido profesional del doblaje español al que es imposible desligar de Morgan Freeman… o Gandalf. Un detalle este, el del doblaje, que si bien funciona para dar empaque al producto, no me termina de encajar con la propuesta. Los personajes de Candle no hablan en ningún idioma, sino que balbucean mientras aparecen una serie de “bocadillos” que suelen explicar perfectamente sus necesidades. Choca por tanto que sobrepuestos a esos bocadillos nos aparezca una voz que explique los mismos. Ignoro si se trata de un añadido posterior a la idea inicial, pero ya digo que si bien no molesta, no me termina de convencer.Habrá tiempo con la versión final de hablar sobre la banda sonora y de unos controles que quizás necesiten un pequeño ajuste en estos últimos meses de trabajo, pero lo cierto es que es complicado no creer en Candle. Teku Studios tienen entre manos una obra muy personal con un acabado francamente espectacular que parece complicado que no guste a aquellos seguidores de las aventuras gráficas o que disfrutaron con títulos como Abe’s Oddysee o Heart of Darkness. Si sólo han leído el último párrafo, la conclusión es que estamos ante una nueva muestra de que el desarrollo dentro de nuestras fronteras hace tiempo que ha salido del coma en el que parecía sumido.