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El océano se secó en Far: Lone Sails

Far: Lone Sails
Far: Lone Sails

Cuando se habla del cambio climático normalmente la conversación transcurre mencionando una serie de tópicos: fundamentalmente la loquísima subida (o variación) de las temperaturas y, además, cómo esto está haciendo que se fundan los polos y puede provocar que suba el nivel del mar. Me parece bien que se hable de esto, ojo. Recuerden que no hace ni diez años estábamos con la tontería negacionista. Entiendo que lo siguiente será hablar de los refugiados climáticos y de la barbaridad que se nos viene encima: la desertización. Y es curioso que mirando el listado de videojuegos presentados de la Indie Arena Booth de la Gamescom me encuentre con Far: Lone Sails (del que ya hablamos y había olvidado) y no pueda evitar sonreír pensando que los videojuegos imitan a la vida y nuestros propios miedos.

Les dejo por aquí con lo que dijo mi compañero Juanma sobre él:Far, desarrollado por los suizos Mr.Whale’s, se plantea este viaje no tanto como una lucha por la supervivencia, sino como una odisea homérica. El hombre al servicio de la máquina al servicio del hombre. Un recorrido ¿infinito? a través de un mundo destruido con el objetivo de avanzar un metro más, mientras hacemos todo lo posible para que nuestro vehículo continúe con vida. Y ojo, no parece sencillo. La masa de hierro de corte steampunk en la que nos desplazamos es francamente compleja, lo que nos obligará a desplazarnos a través de sus diversas estancias para controlar su estado en todo momento.Parece que desde su prototipo inicial en 2015 el concepto ha mutado un poco. No demasiado, pero me da la sensación de que lo que podría ser una exploración desoladora ha ganado un punto de maravilla, de amor al descubrimiento mientras avanzamos por las arenas grises de un desierto que es más el eterno reposo de submarinos y barcos que una agresión perpetua. O al menos, es la sensación que me da el último vídeo, en el que la música sugiere más una extinción sosegada que un grito por el horror climático.

Lo que está claro es que es bonito a rabiar, que su control y puzles son de un minimalismo exquisito y que se ve tan personal que seguramente demande un tipo especial de atención. Yo se la quiero dar cuando salga a finales de este año, y creo que les alegrará saber que también llegará a consolas, aunque ya en 2018.Página Oficial