Ayer, mientras repasaba el calendario indie y los correos que nos llegan (me encanta que nos lleguen correos) experimenté una suerte de gloria y éxtasis religioso. Es el tipo de sensación que me suele atacar cuando vuelve a mí algún videojuego que ya ni recordaba pero que me enamoró en su momento. Un palpitar en el corazón cuando ves que por fin hay fecha para algo que amaste pero olvidaste porque no terminaba de llegar. Porque, lamentablemente, hay muchas cosas de las que hablamos por aquí que finalmente no ven la luz o tardan cinco años en salir, y un mundo así de cruel puede con uno. Pero miren, hoy no. Hoy, tres años después de la última vez, vuelvo a hablarles de InnerSpace.Su realidad es distinta a la nuestra, con las físicas invertidas y un planeta esférico rodeado de agua, donde la gravedad se aleja del centro. Pensadlo, tratad de imaginarlo. ¿Ya? Pues eso, un mundo al revés en el que encarnamos a un cartógrafo que quiere entender sus distintos mundos, explorarlos en busca de reliquias y encontrar a sus deidades patronas para revelar más sobre el universo, su historia y su futuro.Qué pasada, ¿eh?
La primera vez que lo vi comenté que me recordaba de alguna forma a Race the Sun por su propuesta poligonal y estética, pero claro, esa temática acuática de mística y dioses ahora nos lleva también a pensar en Abzû: dos videojuegos de los que tengo un placidísimo recuerdo. Es bastante probable que Polyknight Games, sus creadores, ni siquiera los tomaran como referencia, pero al menos esa sensación de grandiosa serenidad que comparten está ahí.
No habrá mucho que esperar, porque InnerSpace se viene ya en enero. El día 16 estará disponible para PC, Mac, Linux, PS4, ONE y hasta Switch, una bendición acuática que cae sobre todas las plataformas.Página Oficial