Es viernes, así que me ha dado por hacer esto más dinámico, más ligerito, más IBICENCO. La vida entre semana ya nos pone en la tesitura obligatoria de invertir nuestro preciado tiempo en unos trabajos que, en la mayoría de las ocasiones, lo único que nos producen es hastío. Ocho horas -en el mejor de los casos- en el que nuestro universo se torna de color gris con la única meta de escapar hacia un nuevo rato de esparcimiento. I Came To Forget My Daily Life juega con esa premisa, la de escapar de una aburrida existencia, desde el otro lado. El lado de la fiesta.
Salir de fiesta no es otra cosa que buscar conexión. Da igual si es a través de la música, el alcohol, las drogas o simplemente por el entorno. I Came to Forget My Daily Life plantea esto como una introspección cyberpunk en el que a través de la exploración y algunos sencillos puzles buscaremos compartir la alegría del fin de la cotidianidad.Opi Fai, autor del título, lo define como “un juego acerca del sexo, las drogas y la música electrónica”. En principio es eso, y al fin y al cabo el juego se desarrolla sobre esos tres pilares, destacando el musicote creado para la ocasión por Ludique, Sonde, Oldboy y el propio Opi Fail. Sin embargo lo que queda es un poso de amargura gracias a la representación de un futuro no demasiado lejano en el que el día a día nos impone como exclusivos elementos de producción en el que únicamente importan los números. El club donde se desarrolla todo no parece más que otro elemento más donde recordar que toda esta diversión no es más que otro componente alienante de nuestra realidad.
I Came To Forget My Daily Life y su banda sonora se encuentra disponible de manera gratuita en Gamejolt.