Es evidente que los videojuegos tienen un papel muy importante en la sociedad actual. Esto hace posible que haya personas que con un afán artístico/cultural son capaces de invertir gran parte de su tiempo en dar forma a las creaciones que os vamos a mostrar. Creo que estas demostraciones artísticas van más allá del hobbie, son casi más una forma de vida que demuestra el fanatismo creativo que existe en el mundo de los videojuegos. Lo curioso de todo es que quizá debido a la educación, este tipo de manifestaciones no se abordan desde un punto de vista artístico, y como muy bien decía Indiana Jones en el Arca Perdida, algo enterrado durante mucho tiempo adquiere un valor muy importante, ya que forma parte de la historia. Quizá ahora nos parezca una demostración de frikismo pero dentro de unos años, este tipo de expresión artística adquiera un valor incalculable.
El concepto de friki es negativo en nuestra sociedad. Se percibe como una persona rara, que es experta o le gusta y sabe mucho sobre un determinado tema, y que está apartada del mundo real. Hace poco leí el libro de Punset Excusas para no pensar, en el que el mismo afirmaba que estamos diseñados para ser únicos (a todos los niveles, no existen dos cerebros iguales), por tanto es precisamente esa capacidad de ser únicos la que entiendo que se debe potenciar, y no la capacidad de no destacar, o la de no expresarse por miedo al rechazo de la gran masa. Que sepa aquél que define como friki a una persona, que quizá lo esté elogiando.
En este video se recrea una partida de tetris, pegando hojas de pos-it en la ventanas de un edificio. Para hacer esto, hay que pensarlo, diseñarlo, grabarlo y aunque pueda percibirse como un simple juego, hay bastante trabajo detrás.
En www.72pins.org venden cartuchos de NES con ilustración y nombre de juegos actuales. Para que te pueda gustar, necesitas compartir conceptos culturales del mundo de los videojuegos, como haber tenido una NES, haber visto como eran sus juegos, haber seguido jugando desde entonces, y valorar esta innovadora mirada hacia atrás desde el respeto que esta gente imprime en la calidad de su trabajo. En este caso es una tienda.
Por último os dejo un video en el que se puede contemplar (ver con HAMOR) el arma principal que se utiliza en Gears of War, confeccionada y diseñada con LEGO, en el que incluso se ha implementado la mecánica de inserción del cartucho de munición, y la motosierra. Detras de algo así hay una labor muy importante de análisis, diseño, y una gran dosis de creatividad basada en el trabajo puro y duro.
Esto es una muestra muy pequeña. Si existe una gran mayoría de personas que no valora estas muestras de la misma manera que cuando asiste a una exposición (evento social) donde quizá haya pinturas que utilizan conceptos nuevos en sus creaciones, o figuras forjadas de metal que pretenden plasmar una idea que está más allá del propio creador, pienso que es simplemente un asunto de educación. Parece que algunas maneras de arte en los videojuegos son un acto de rebeldía, como el que lleva una camiseta de Metallica o se configura el pelo en forma de cresta, o un elaborado Cosplay (porqué narices voy a ser como los demás). ¿Por qué no se aborda este tipo de cultura que rodea a los videojuegos de una manera más madura, seria?. Estoy convencido que hay mucho trabajo educativo que hacer aquí. Todo esto se merece algo más que un simple “MOLA!”, ¿no os parece?. He utilizado estos videos para llamar la atención, pero aquí hay mucho más que decir.
Es posible que personas que habitualmente jueguen a la consola en su casa o en su PC, cuando lean un artículo como este les suene a chino mandarín. La diversidad de opiniones es muy buena, es algo que nos ayuda a crecer en las relaciones con los demás, ver lo que opinan otras personas sitúa a cada uno en un lugar concreto, pero ese total desconocimiento de la profundidad de la cultura de los videojuegos no es sólo culpa suya. Recuerdo que lo primero que me dijeron en la universidad en la clase de lengua fue que como era posible que nadie de la clase hubiera leído a Noam Chomsky… En ninguna universidad o centro educativo nadie te preguntará si conoces Portal ni se escandalizará por ello, en cambio, si no juegas al FIFA, Call of Duty o similar, seguramente serás percibido como alguien extraño, y mucho más si mencionas que has jugado al Super Meat Boy, Penumbra o The Binding os Isaac.
Los medios principales están a gusto con esta situación, en la que los principales distribuidores facilitan pases de prensa, demos, y juegos, los periodistas escriben sus artículos apenas con tiempo para ver los juegos, y el público acude masivamente a consumir este tipo de artículos, estructurando los videojuegos en notas para los apartados de sonido, gráficos, jugabilidad… Las notas que por ejemplo nosotros hemos eliminado ayudan a ni siquiera tener que leer el análisis, que sencillamente se queda en la superficie y no profundiza, y además, en ellos nunca se suele mencionar referencias de ningún tipo para apoyar las reflexiones. De esta forma se potencia que el consumo de videojuegos y de su cultura sea algo muy sencillo y circunstancial. No hay cabida a nada más, los triple A son los que importan, los demás no. En cambio, ¿cómo consideramos a alguien que sólo lee Best Sellers, o prensa del corazón?.
Pero incluso desde dentro potenciamos este tipo de comportamientos. En vez de tratar de aunar propuestas y planteamientos respecto a este mundo, lo que hacemos es sentirnos atacados si otras personas piensan diferente a nosotros, y aparecen conceptos como los trolls. La visión de este mundo que tienen los hardcore gamers alcanza unas cotas competitivas que eclipsan la capacidad para sorprenderse con la inclusión de una nueva mecánica o un nuevo sistema de luces, centrándose en el nivel de ranking, las listas de puntuaciones online o sistemas de logros. Si esto es así para los hardcore gamers, pensemos en los casual, consumidores de aplicaciones para móviles que hacen que la desvirtualización de los videojuegos sea algo realmente rentable, y no lo sea la innovación, aunque tampoco son los únicos culpables de pensar que una consola sólo tiene un juego. Cada uno es muy libre de pensar como le venga en gana pero si es responsable de sus ideas.
Desde otro prisma, el mundo de los videojuegos es tan amplio en todas sus facetas que resulta muy complicado abordarlo. Como padre, ¿Cómo es posible asumir la inevitable relación que su hij@ pueda tener con los videojuegos desde el más absoluto desconocimiento, sin ayuda a nivel gubernamental de ningún tipo, y con los medios más importantes centrándose en publicitar títulos triple A y tratando las exposiciones culturales de este mundo como algo anecdótico?, ¿Cuántas personas en el gran público conocen la existencia de desarrollos independientes o que es un Spectrum ZX, o los serious games?, Creo que muy pocas, y además creo que este desconocimiento se potencia tanto desde dentro de la industria, como desde el exterior utilizando el miedo a lo desconocido como arma muy potente.
Pongamos el supuesto de que un desarrollador de videojuegos que tiene una empresa en la que está dejándose mucho dinero, tras muchas horas de trabajo logra un concepto que rompe todo lo que hemos visto hasta ahora… una auténtica revolución. ¿Qué pasaría?, seguramente absolutamente nada, porque ningún medio importante le prestaría la suficiente atención. Incluso los blogs preocupados por las visitas deben hablar más sobre lanzamientos comerciales que independientes, y se trata de una situación comprometida recibir material del distribuidor para analizar y tratar de dar tu opinión profunda y sincera. en definitiva, toda una cuesta arriba (por no decir un muro) para alguien con una idea que podría cambiar el mundo de los videojuegos.
Dentro de esto, y dentro de las desarrolladoras grandes, con proyectos grandes, observamos día a día como ocurre lo mismo que en las consultoras o empresas de software, donde se toman decisiones aceleradas por las fechas surrealistas que parecen decididas por un chimpancé, que consiguen que buenas propuestas se conviertan en juegos llenos de bugs, inacabados, detrás de jornadas de 24 horas de trabajo, donde a cualquier persona humana que se preocupe por hacer un buen trabajo, además de manejar el estrés, debe evitar suicidarse al ver el producto final. Algunos consiguen montar otros estudios en los que al menos, con riesgo de quedarse sin un duro, por fin hacen su sueño realidad, el juego que como desarrollador quieren. Pero bueno, estamos en un mundo en el que cualquier avance contra el cáncer no interesa porque no se gana dinero, no podemos esperar demasiado de otras industrias.
Una última reflexión que dejo en el aire. Incluso dentro del amplísimo campo que abarcan los videojuegos existen diferencias abismales. Prueba de ello eran las colas que en el reciente Gamefest había para jugar a Call of Duty MW3, algunos ni siquiera nos sentimos interesados. ¿Qué ocurre?, sencillo, si no hay un criterio de selección más allá de la oferta que nos proponen los grandes medios a través de su publicidad, si no se potencia que las personas tengan un juicio de valor más profundo y crítico como si se hace en literatura o cine, difícilmente muchas de estar personas podrán descubrir que existen planteamientos más innovadores que los que las grandes franquicias nos lanzan a la cara. Las herramientas para esta labor crítica están ahí, con internet no existe ningún tipo de excusa, pero me gustaría ver en las escuelas personas que sean capaces de crear un camino para que sus alumnos puedan desarrollar un sentido crítico más profundo que el actual, ya que, considero que la culpa de que un jugador habitual de videojuegos esté tan mal visto por la sociedad actual es una simple cuestión de educación.
Para las personas ajenas a todo esto, que de rebote hayan llegado aquí… señores y señoras, existe un mundo mucho más profundo en los videojuegos del que les están mostrando los medios y del que le hablan los educadores. Existen muchas personas que están enfadadas con la situación general de esta industria que intentan con todas sus fuerzas darlo a conocer, incluso dejando sus puestos de trabajo, invirtiendo muchísimo dinero y una vida cómoda. No se queden ustedes en las imágenes de personas bailando delante de una pantalla, o de personas que juegan muy bien pero que no saben relacionarse, incluso hay más allá de los 60 € que les pide su hij@ para el último juego que haya salido.
Esta es mi visión de la industria, y así se la he contado.