Hay un mundo más allá de nuestras fronteras en el que el fútbol no es ese deporte en el que juegan con una pelota y los pies once tipos contra otros once y siempre gana Alemania. De hecho, allí, en esa tierra bárbara, al fúbol lo llaman soccer y era hasta hace muy poquito visto como un deporte de mujeres (no en vano, sus chicas con las actuales campeonas del mundo). Ellos, los extraños estadounidenses, llaman fútbol a un deporte que no he conseguido entender aún, con muchas protecciones, un balón parecido al del rubgy (verás los comentarios con gente viniendo a corregirme) y términos extraños que nadie entiende, como quarterback. De ese entretenimiento bizarro parte Football Game para llegar a otro sitio que no tiene nada que ver.
Porque el juego de los británicos (ahora sí que no entiendo nada) Cloack and Dagger Games usa realmente el fútbol americano como vehículo nostálgico, recuerdo de todas esas películas que nos hemos zampado de adolescentes sobre nerds (los actuales malos de la película…), quarterbacks y animadoras en cualquier pueblo lejano del Midwest donde los estudiantes tenían taquillas en los pasillos. Así que ahí estamos, en un pueblo cualquiera, encarnando a Tommy, el héroe del equipo de fútbol americano, listo para ir a buscar a su chica a ese espacio mágico que hay bajo las gradas del campo de noche, donde pasan cosas. Y menuda noche va a tener.
Football Game tiene todo lo que nos gusta por aquí últimamente: su nostalgia no parece ser tan complaciente, se juega como un point & click clásico, es hiperbreve (no dura más de una hora) y de corte claramente lynchiano. También se hace simpático encarnar al que era el malo de las películas de los 80, ahora visto desde el prisma del hijo que quiere a su madre por encima de todas las cosas y que en el fondo es un buen tipo.
Además, esto me recuerda que el estudio también sacó antes Legend of Hand, un título que tengo pendiente y no quiero olvidar. Así que, miren, les presento un juego que ya tienen disponible para PC y me hago un recordatorio a mí mismo. No está mal para un lunes.
