Hace no tanto comentaba la necesidad del videojuego de apegarse a la realidad como método de conexión con el medio para gente ajena al mismo. Una de las claves para poder realizar esto puede ser entender las distopías no desde realidades anteriores, sino desde el momento actual. Floodland viene a ser una suerte de contrapropuesta al magnífico Frostpunk. Volvemos a tener apocalipsis y supervivencia, pero la manera de afrontarlo es completamente diferente.
El mundo se ha ido a la mierda. El cambio climático ha sido el catalizador de unos eventos que han llevado a la destrucción del planeta tal y como lo conocíamos. La humanidad sobrevive a duras penas bajo el aumento del nivel del mar en pequeños asentamientos. Toca pues ponerse a buscar recursos, redescubrir tecnología, y sobre todo, mantener la paz y buscar colaboración entre las diferentes facciones para reconstruir la sociedad.
Desarrollado por Vile Monarch y distribuido por Ravenscourt, Floodland contiene todos los elementos clásicos de los títulos de gestión ambientados en un universo postapocalíptico, salvo que en esta ocasión el foco está puesto en lo social. De este modo, la gestión principal del asentamiento nos llevará a través de los recursos básicos, como pueden ser alimentos, vivienda, agua, sanidad e investigación tecnológica. Sin embargo, y tal y como ocurre con la actualidad más reciente, no basta con gestionar los recursos, sino que hay que hacerlo de manera efectiva abogando por el bien común por encima de cualquier otro interés. ¿Cómo se consigue esto? Pues como en toda sociedad avanzada con la ley en la mano.
Crear leyes justas es el camino más corto para conseguir la igualdad y una tabla de salvación en el caso de que la prosperidad no llegue en el momento adecuado. Floodland cuenta con un potente árbol de desarrollo basado en leyes que nos ayudarán a que nuestro asentamiento prospere de manera justa sin dejar nadie atrás. Es en este punto donde el título se aleja de la competencia para colocar el foco en lo que realmente importa a la hora de encarar la gestión de cualquier tipo de sociedad que pretenda ser aceptable. Un objetivo común basado en unos ideales comunes hará que sea más productiva y justa, alejando la posibilidad de rebelión y atrayendo a nuevos clanes.
Floodland lleva disponible en Windows desde el pasado 15 de noviembre. Las críticas por el momento son tirando a positivas, ensalzando sobre todo su componente social y penalizando ciertos desequilibros en su gameplay. Al resto de los niveles parece cumplir con nota, por lo que quizás les apetezca darle una oportunidad. No todos los días se encuentra uno con un título que ha entendido que a pesar de lo divertido que resulta un universo Mad Max, ahora mismo estamos a otras.
