A mí es fácil conquistarme, la verdad. Basta con darme una serie de palabras, encadenadas unas a otras, que formen la oración adecuada. Como esto que leo de Exo One nada más entrar a su kit de prensa:
Lánzate bajo las olas de océanos hirvientes, bajo el resplandor de soles lejanos.
¿Ven? Con eso que ha hecho Jay Weston (AKA Exbleative) ya me tiene reclutado para la causa. Pero lo bueno está por llegar, porque por mucho que puedan prometerme, nada causa un efecto mayor que el vídeo que estoy a punto de ponerles para que ardan conmigo en el cielo del hype.
¿Cómo se me quedan, amigos? Porque yo ahora mismo he corrido a lanzar mi dinero contra la pantalla, con la esperanza de que su Kickstarter salga adelante y pueda darle forma a esto.
Pero, ¿de qué hablamos cuando hablamos de Exo One? Fundamentalmente, de un videojuego de exploración y ciencia ficción. En él manejamos una extraña sonda alienígena que puede manipular la fuerza de la gravedad y que manejaremos persiguiendo conservar su momento lineal. Por ejemplo, rodando colina abajo para ganar velocidad y luego ascender una rampa, que nos lance planeando a una nube donde coger una corriente termal y acabar ascendiendo y surcando la atmósfera. Casi nada. Primero buscaremos en planetas terrestres, más “normales”, pero luego yendo a planetas acuosos o gigantes gaseosos.
Todo con el fin de descubrir lo que le pasó a la (fallida) primera misión de exploración de la raza humana fuera del sistema solar. Una desgracia que perseguiremos por estos mundos, casi jugando con nuestra navecita.
No sé si esperan de mí que les diga algo más, pero creo que los dos vídeos explican a la perfección lo que tenemos por delante. Como les decía, quizás yo sea muy fácil de conquistar, pero hay algo en esta maravilla que me hace querer experimentarlo, comportarme con esos mundos como un pequeño dios travieso que pasea sus juguetes por ellos.
Que tenga suerte.