Puede que deba a que este 2020 ya nos ha traído demasiadas malas noticias o que me hago mayor, pero repasando lo que he publicado por aquí en los últimos tiempos, me doy cuenta de que he tenido una especial predilección por títulos que abogaban por la no violencia o que eran esencialmente bonitos. No me malinterpreten, sigo bendiciendo cualquier buena ensalada de hostias, pero no cabe duda de que ahora mismo lo que más me apetece en esto del ocio electrónico es relajarme y dejarme llevar dentro de mundos hermosos y colorido como el que me ofrece Dorfromantik.
Normalmente se suele valorar un proyecto por lo que contiene, sin embargo los alemanes de Toukana Interactive destaca en su descripción de Dorfromantik aquellos elementos que no contiene: estrategia 4X, comercio, gestión de recursos, combate, violencia o multijugador. Todas esas cosas no están, que diría Ferreiro. Lo que sí tenemos es la posibilidad de crear interminables y hermosos paisajes con una mezcla de estrategia y mecánica de rompecabezas y un toque de juego de mesa pintado a mano.
En Dorfromantik tendremos un listado de piezas infinito (llamadas biomasas) que irán saliendo como si fuera fichas de Tetris y tendremos que ir colocándolas para formar un paisaje según nuestro estado de ánimo. Podemos rotar las piezas y elegir su posición para dar consistencia al conjunto, así como intentar completar pequeños desafíos que desbloquearán biomasas con las que podemos embellecer todavía más el paisaje.
Crear ríos interminables o aldeas rodeadas por molinos se me antoja como un pasatiempo perfecto para momentos de zozobra donde lo único que necesito es imaginar que ahí fuera no se están construyendo hospitales vacíos, así que Dorfromantik cuenta con mi bendición instantánea.
Dorfromantik saldrá durante el primer o segundo trimestre de 2021 en Windows, aunque por el tipo de propuesta me parecería muy raro si no acaba llegando, al menos, a Nintendo Switch.