Mi Wii está echando humo. Esta semana terminé el Metroid Other M y me quedé sorprendido de lo que era capaz esta pequeña torrecilla blanca, a todos los niveles. Llevo unos días jugando al Donkey Kong Returns y la sensación general que tengo es que Nintendo es que Donkey Kong ha vuelto con el objetivo de dar unas cuantas clases a todo el que se sienta aludido sobre como innovar sin perder la esencia.
Una vez más se hace patente la máxima menos es más. El día que me compré el Donkey Kong Country para Super Nintendo sabía que tenía en mis manos uno de los juegos más punteros que había en ese momento. Recuerdo que las notas de los principales medios de aquel entonces eran de un mínimo de 9. No era para menos, gráficamente superaba a todo lo visto con sus flamantes gráficos pre-renderizados en 3D, el sonido también era superior, y si técnicamente era sorprendente, el juego en sí rivalizaba con Super Mario World en el resto de aspectos. La Banda sonora de este juego es un tema aparte.
Mirar hacia atrás y ver Donkey Kong Returns desde esa perspectiva es como ver una nueva entrega de los cazafantasmas y no decir cosas como: Joder, Que mayor está Bill Murray, o tio, tu antes molabas, sino casi lamentarte porque no lo has visto antes. La sensación que a mi personalmente se me queda si es que se puede reprochar algo a Nintendo, es por qué no llegaron estos títulos en una Game Cube, cómo es posible haber dejado pasar tantos años entre un título y otro, es algo que me corroe las entrañas. Incluso desde esta perspectiva, Donkey Kong Country no ha envejecido.
Ya desde que vimos el trailer en el E3 conectados al twitter en la oficina, vimos algunas de las mecánicas nuevas del juego, pero todos lo reconocimos totalmente casi como una continuación de aquél primer Donkey Kong que de la saga que le sucedió, que tampoco fue mala. Estas nuevas mecánicas van desde el JetPac de Diddy, hasta todas las posibilidades que se han implementado a partir de los sensores de movimiento del mando de Wii, para que únicamente sea necesario manejar una cruceta y dos botones. Con simples movimientos podremos: aporrear el suelo, soplar, rodar por el suelo, agarrarnos a las pareces y al techo entre otras cosas.
Se añade un segundo plano al que podremos pasar en determinados momentos del juego, que se construirán sobre la marcha. Estos segundos planos añaden muy sutilmente una visión 3D del clásico 2D, que se aplica en numerosas partes del juego para añadir pinceladas de dinamismo fresco a mecánicas clásicas como el salto de barril en barril. También estarán con nosotros las animaciones básicas de los personajes aunque mejoradas, los layouts de los mapas, menús etc, han sido respetados con sumo cariño. Ahí están aún las fases en railes, grandes. Además del clásico KONG divido en letras que tendremos que ir recogiendo por cada pantalla, hay algún objeto más que recoger si es que queremos completar al 100% cada nivel.
Uno de los elementos principales que se han modificado ha sido como es lógico la física. Ahora Donkey pesa como un auténtico Gorilla de verdad, todo lo que hace es mucho más físico y fuerte y no sólo se percibe en el daño que infunde a los enemigos, aporrear bloques o el suelo hasta romperlo se convierte en una auténtica demostración de fuerza. Me ha encantado que al recibir daño, Kong se detiene durante algo menos de un segundo con exactamente el mismo diseño que cuando ocurría lo mismo en la clásica Game & Watch. Es una mirada al pasado con orgullo, y eso siempre le da peso y clase.
He flipado literalmente con uno de los niveles que he tenido el placer de jugar, dibujado al más puro estilo Martini. Me siento incapaz de describirlo, y por eso os dejo este video:
Antes he querido no extenderme con el tema de la banda sonora de Donkey Kong, espero sepáis disculparme, pero para los melómanos de bandas sonoras de videojuegos (espero que existan), mientras rezáis conmigo a Super Mario para que alguien os regale para navidad la Banda Sonora Original de este título, sabed que aún es posible conseguir joyas como esta.
En resumen, parece que estoy ante otro de los grandes instant classic de Nintendo, que aún mantiene el suficiente sentido del humor para conseguir contagiar a una nueva generación de jugadores que ni siquiera saben que existió algo que se llamaba Super Nintendo. Para ellos y para nosotros, con amor una vez más, Nintendo.