Dominical: Separados

Dominical: Separados 2

A todos los que estamos aquí nos gustan los videojuegos. Todos creemos conocer todos sus entresijos y detalles, pero también curiosamente estamos constantemente enfrentados y separados por los detalles más básicos y elementales.

Os pongo varios ejemplos: Tekken vs Street Fighter. Por supuesto que existen personas que disfrutan ambos juegos, pero parece que o te gusta Tekken o eres gilipollas, o viceversa.
Xbox 360 o Playstation: Aqui hay otra lucha encarnizada, porque claro, o eres jugador de xbox 360 o eres un Sony fanboy. Aquí el concepto hater ayuda mucho a separar a las personas, porque no se trata de una preferencia, se vive como un ataque personal del contrario.
PES vs FIFA: Hace mucho que no juego a estas cosas pero, tiene sentido echar por tierra un título u otro?, en este caso interesa a las distribuidoras tener enfrentados a los usuarios?
Call of Duty vs Battlefield: Señores si todos están muy bien hechos, son buenos productos, por qué estar enfrentados?, alguien tiene ambos?, por qué hay que elegir?

Existen más ejemplos como PSP o DS (experiencias totalmente opuestas), o PC vs Consolas. Este último especialmente sangrante, parece que la gente que utiliza sólo consolas es más tonta que los que sólo utilizan el PC… Existen confrontaciones que yo desconocía, por ejemplo o te gustan los RPGs o los FPS… De un tiempo a esta parte este comportamiento me parece muy significativo de como las empresas de videojuegos «juegan» con este tipo de tendencias en el mercado, y lejos de tratar de que desaparezcan, se potencian. Incluso nosotros mismos las potenciamos.

¿Qué justificaciones racionales hay detrás de todo eso?, muy pocas, porque el que afirme que la xbox 360 tiene peores gráficos de la PS3 pues bueno, se aleja creo de querer disfrutar los juegos y más bien se acerca a un comportamiento de justificación de compra, concepto que podréis encontrar en cualquier libro de psicología publicitaria. Todos tendemos a construir unos inquebrantables argumentos de compra para justificarnos, y si alguien los pone en duda o los critica, nos cabreamos. La industria apoya todo esto para tener siempre una base de clientes sobre la que calcular sus beneficios.

A veces se nos olvida de que va todo esto. Esto va de entretenimiento, de pasarlo bien, de disfrutar. Nos compramos una consola o un PC para jugar, y enseguida nos enfrentamos a nuestros amigos, y otros usuarios, queremos estar seguros de que disponemos de la mejor experiencia de juego, de los mejores gráficos, el mejor sonido, o sencillamente, el mejor juego y el más popular. Esa competitividad crece entorno a nuestra total inseguridad, la inseguridad lleva al miedo, y el miedo al lado oscuro de la fuerza, el hater.

La comodidad de no tener que empatizar con el de al lado y tratar de comprender sus puntos de vista también ayuda. La amplitud de la industria hace que en ella exista cabida para casi todo, desde juegos de baile hasta simulación de carreras de coches. El Gamefest fue un claro ejemplo de como personas que comparten una afición pueden tener dolor de cabeza al ver otras propuestas. Realmente estábamos separados, cada uno en nuestra parcela muy bien definida.

Poca gente se compra todos los periódicos para intentar extraer la realidad de lo que ocurre, es más cómodo situarse en una de las posturas, y no salir de ella. Me parece que en este negocio pasa lo mismo, se nos fuerza a elegir una postura, y a no querer ver lo demás. Los que quieren verlo todo son pocos, los que eligen y no se enfrentan son menos aún. Creo que al menos hay que ser consciente de ello.

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