Podría comenzar y cerrar este texto en el primer párrafo citando el titular y el subtítulo que Rolling Stone dedicó unos días al tema que quiero tratar y el mensaje principal quedaría del todo claro: “¿Por qué Day of the Devs es un Woodstock para jugadores?: Una reunión de perfil bajo centrada en el jugador, es el anti-E3.” No lo voy a hacer pero sería dinero fácil que nadie podría negarme.
El siempre recomendable y achuchable Tim Schafer es uno de esos nombres del mundo de los videojuegos que difícilmente puedes odiar o, siquiera, ignorar. Puedes no haber disfrutado durante los 90 de Full Throttle, Day of the Tentacle o la franquicia Monkey Island, incluso puedes no haberte acercado a sus recientes Broken Age o The Cave y aún así te quedarían un buen puñado de excusas para defender que es una presencia tan necesaria en el desarrollo de videojuegos moderno como lo fue hace dos décadas.
Actualmente y bajo el sello de Double Fine, Schafer se dedica a compaginar el desarrollo de juegos propios como el recientemente anunciado Psychonauts 2 con el apoyo a otros estudios con menos repercusión y recursos, no en vano forma parte del equipo detrás de Fig, una plataforma dedicada a la financiación colectiva con un modelo de inversiones que difiere del clásico micromecenazgo al ofrecer una parte de los beneficios que el proyecto genera una vez publicado a aquellos que ayudaron a financiarlo.
La evolución del creativo era cuestión de tiempo que acabará encontrando nuevos medios para potenciar la visibilidad de esos juegos menores que quedan relegados a un segundo o tercer plano, ya no respecto a los AAA si no a los desarrollos independientes más mediáticos. Uno de estos nuevos formatos fue su propio evento de videojuegos, Day of the Devs.
El pasado 5 de noviembre tuvo lugar la cuarta edición de esta reunión en la que desarrolladores y aficionados pudieron reunirse en San Francisco con la única intención de compartir la pasión por el medio desde ambos lados de la grada.
“Day of the Devs va sobre destacar a esa gente loca que hace juegos, no el espectáculo y el marketing que conducen un E3. Demuestra la conexión entre el jugador y el creador. Puedes traer a tus hijos y a tu esposa, a quién puede que no le gusten los juegos , y decir ‘De esto va todo esto'” Declara Schafer en la antes citada publicación dentro de Rolling Stone.Y ese espíritu es el que nos hace desear que más creadores repliquen el formato de Tim Schafer organizando puntos de reunión centrados en lo espiritual, en el amor visceral por el medio, en lo puramente humano que abarca al jugador y al creador por igual, lejos de la mercadotecnia, del láser, las gogós y los canapés.
En la reunión se pudo disfrutar de una más que exquisita colección de videojuegos independientes que van desde los muy conocidos Tacoma, Owlboy o el precioso Knights and Bikes que ahora Double Fine produce, hasta proyectos de estudiantes como un Hotline Miami-like en el que controlamos a un mono en Ape Out hasta el bello Old Man’s Journey: “Un juego sobre vida, perdida y esperanza”. Para todo había sitio en este cálido evento. Para todo excepto para el prejuicio, nadie es demasiado pequeño.
De algunos de los presentes en Day of the Devs me gustaría hablar en lo sucesivo aquí, en Nivel Oculto, si el tiempo me lo permite. De momento no puedo más que emplazaros al vídeo de dos horas donde Schafer y sus invitados juegan a algunos de los lanzamientos independientes más sonados de la actualidad (un repaso oficial a los más pequeñita tampoco habría estado mal, pero paso a paso).
Dicho lo cual, gracias Tim.Página Oficial