En Irrational Games lo ven claro: habrá más Bioshocks. Pero, ¿qué pasa cuando ya no hay Andrew Ryans para awesomear con su discurso ultraliberal a lo Ayn Rand, ni Raptures que explorar?
Pues que te inventas un nuevo setting que sea todo lo contrario al anterior. Si en Bioshock nos ahogábamos de claustrofobia en los pasillos de Rapture, en Infinite encarnaremos a un detective que se infiltra en Columbia, una utopía norteamericana que surca los cielos al más puro estilo imperialista, pero en bonito. La misión de Booker DeWitt será rescatar a una psíquica llamada Elizabeth (que supongo, justificará los poderes), y hasta aquí puedo leer.
Por cierto, en la web de la compañía tenéis un bonito fondo de escritorio con el que parece será el nuevo logo de la saga. Nótese el rollito americano chauvinista, muy en línea con el optimismo del inicio de siglo. ¿Ayudará el cambio de lugar a fortalecer la franquicia? Por lo pronto, promete.