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Análisis: Singularity 1

Análisis: Singularity

Hay veces que basta con coger ideas de otros para realizar una obra notable. Dead Space no inventaba nada que no se hubiese visto y resultó ser un título excelente. Singularity, consciente de que no está inventando nada, no se esconde y muestra sus “influencias” desde casi el primer minuto. Lo realiza de una manera tan descarada que casi parece que esté realizando homenajes a otros títulos. La consecuencia mas directa de realizar algo con honestidad es que si la primera impresión es positiva, puede durarte hasta que termines el juego, y esto es exactamente lo que me ha pasado.

Los viajes en el tiempo llevan dando juego durante muchísimos años tanto en el mundo de los videojuegos Day of the Tentacle ever– como en literatura, cine y televisión. Es un recurso algo facilón – si J.J Abrams, lo es- y da el suficiente juego como para conseguir perder al espectador/lector/jugador y conseguir colársela como mejor le venga en gana al director/escritor/desarrollador. Se han creado una serie de reglas que todos debemos tener muy claras -como bien sabe el padre de Homer Simpson– con respecto a los viajes en el tiempo. La principal, la que mas debe importarnos -a parte de no liarnos con nuestra madre como Marty- es NO TOCAR NADA. Como siempre sucede en estas historias, alguien toca algo y lo jode todo.

Intentaré no spoilear a nadie con el argumento, puesto que a mi me ha cogido completamente virgen al respecto y creo que me ha venido bien, así que si no quieres saber nada será mejor que no leas este párrafo. Encarnamos al comandante Renko, miembro del honorable ejército americano, que acude a una misión en suelo ruso con el fin de comprender que está pasando en una isla abandonada al este de Rusia llamada Katorga-12. La isla es una base científica que fue utilizada por el gobierno de Stalin para investigar un compuesto que solo existe allí llamado E-99, y que al parecer tenía propiedades como para crear un arma 1000 veces superior a la bomba atómica de los americanos. Desgraciadamente, algo no salió bien durante la investigación, y la isla lleva abandonada durante casi 50 años, hasta que llegamos nosotros tras un aparatoso accidente.

Si no leíste lo anterior ya puedes continuar leyendo. Olvídate de todos los vídeos que has visto con respecto a Singulárity. Hasta pasada una hora larga de juego no tendremos acceso al famoso arma que modifica el tiempo. Singularity se lo toma con calma, y creo que es uno de los grandes aciertos de éste título. En este sentido, y en muchos otros a lo largo del juego, la referencia -llámalo referencia, llámalo homenaje, llámalo copia- mas evidente es Bioshock. La antrada al complejo científico está llevada de la misma manera que la entrada a Rapture. No me refiero a que entremos por un ascensor ni nada de eso. Me refiero al tempo, a las sensaciones que produce la estancia inicial, con decenas de referencias a la época en la que se desarrollaron las instalaciones, así como la manera en que nos vamos a ir enterando de lo ocurrido, mediante grabaciones sonoras y visuales al mas puro estilo iniciativa Dharma. Durante este periodo, Singularity se limita a imitar a Bioshock en todo lo que puede. La ambientación y el desarrollo son calcados, incluso el método de exploración es exactamente el mismo. En lo que respecta al combate, se limita a cumplir, como cualquier shooter actual.

Cuando cogemos  el DMT la cosa cambia, y por momentos parece que vamos a presenciar una revolución parecida a la del arma gravitatoria en Half Life 2. Lamentablemente el cambio no es para tanto. El DMT consiste en un aparatejo que se conecta a en nuestro brazo izquierdo y que nos permite canalizar los poderes del E-99. Entre todos ellos destaca la posibilidad de envejecer/rejuvenecer objetos y en este poder se basarán la mayoría de los puzles que nos encontremos. De hecho, el primer puzle al que nos enfrentamos es altamente satisfactorio, el problema es que es tan satisfactorio que el resto de los puzles que encontremos se basan exactamente en la misma mecánica. El caso es que con esta habilidad podremos rejuvenecer abrepuertas electrónicos que nos permitan el paso, escaleras rotas, cajas de suministros, grabaciones…etc. También podremos envejecer a nuestros enemigos (no han tenido valor a rejuvenecerlos, cosa que habría sido lo suficientemente grotesca como para encumbrarle como GOTY sin dudarlo) para acabar con ellos, poderes telequinéticos o crear una burbuja de energía en la que el tiempo irá mas despacio, protegiéndonos si queremos o atrapando a nuestros enemigos.Para poder utilizar el DMT deberemos ir recogiendo plasmidos E-99, lo que nos obliga a investigar por armarios y rincones en busca de recargas. También existe algún tipo de arma que incluye propiedades del E-99 como un rifle de francotirador que permite “dirigir” la bala una vez disparada o una lanzadera de minas portatil (que puede considerarse el arma mas inutil de la historia de los videojuegos) que soltará unas bolas explosivas que podemos hacer rodar para llegar a los rincones que queramos.

El desarrollo del título es completamente lineal (curioso tratándose de una historia de viajes en el tiempo) y el gameplay durante todo el desarrollo (unas 6 horas) será exactamente el mismo que en Bioshock. Combinaremos el DMT mas las armas clásicas para acabar con nuestro enemigos, iremos descifrando la historia a través de las grabaciones, nos guiarán en nuestro recorrido a través de una radio y al final del título tendremos un par de decisiones morales. Por cierto, tenemos tres finales diferentes (que yo haya visto), de los cuales solo uno cuadra con la historia. Los otros dos están metidos con calzador, pero se agradece que al menos nos permitan elegir, y el final “bueno” tiene un momento WTF interesante.

Singularity no descubre nada. No sorprende en casi nada y la industria no le mirará como un referente, sin embargo es juego bastante digno. En ningún momento trata de esconder sus cartas bajo ningún manto conceptual o artístico y tiene varios momentos dignos de recordar como un combate en un tren con un bicho tipo Resident Evil 4 o una huida de un barco que son tremendamente divertidos y espectaculares. El mayor pero que se le puede poner es que da la sensación de que el DMT podría haber dado mucho mas de sí, pero es posible que si consigue ventas decentes acaben por sacar una secuela (el título da para 1000 continuaciones debido a su enloquecido argumento) en la que los desarrolladores sepan mejorar algo tan goloso como un arma que cambia el tiempo. No es un AAA pero que no os engañen, es un título absolutamente recomendable.

  1. Ni me había enterado de la existencia de este juego. Vi el nombre hace tiempo, pero poco más.

    Pinta interesante, así que igual en algún momento le daré una oportunidad vía alquiler, que estoy to pobre.

  2. “In soviet Russia time makes you a fleshy horror”

    Hace unos meses cuando lo vi anunciado me parecía una mezcla entre Bioshock y el Wolfestein, se ve que aunque beba de ambos, especialmente del primero, los señores de Raven Software han sabido hacer un juego original y con un planteamiento curioso con esto del uso del tiempo. La cosa sera ver si en efecto el cacharrejo es algo que podamos usar de forma dinámica durante combates y demás como mostraban al principio (en algunos vídeos se ve al tipo reconstruyendo muros para cobertura) o se limita solo a “X” momentos obligatorios.

  3. Se pueden reconstruir muros para la cobertura, así como destruir la cobertura de los enemigos. El problema en los combates radica en que en cuanto tienes el poder de la “burbuja que relentiza el tiempo” todo se vuelve innecesario, y no es algo que te den precisamente al final.
    De todos modos, debido a las distitnas combinaciones arma-poderes, el combate nunca se hace aburrido.

    Puede que no sea el juego que te regalases por Navidad, pero en cuanto baje de precio (que no creo que tarde mucho) es una compra absolutamente recomendable.

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