Análisis: Remember Me

Análisis: Remember Me 4

Los recuerdos marcaron nuestro pasado, pero sobre todo marcarán nuestro futuro. Esa es la premisa principal del nuevo juego de Capcom Remember Me. Estamos en Neo-Paris en el año 2084 donde la compañía Memorize ha impuesto a todos los seres humanos un sistema (llamado Sensen) ubicado en la parte posterior de la  cabeza donde se almacenan o eliminan recuerdos.

Nosotros asumimos el control de la joven errorista Nilin que comienza su andadura desconcertada tras salir de una jaula y camino de ser borrados por completo todos sus recuerdos. Una voz en nuestra cabeza llamada Edge nos guiará para salir del complejo e iniciar nuestras actividades secretas contra la maquinaria que todo lo controla.

Esta trama tan interesante, pero que parece sacada directamente del «Gran Hermano» que todo lo ve, da pie a un título de acción en tercera persona donde de vez en cuando deberemos saltar, escalar o movernos por cornisas. Salvo algunos momentos que luego resumiré, el sistema empleado no sorprenderá a nadie.

Nilin es la mejor y más conocida cazadora de recuerdos que gracias a su equipamiento y especiales cualidades puede manejar la memoria de quien le plazca para borrar, adquirir o modificar los recuerdos que conserva en su cabeza. Además es realmente hábil, veloz y coordinada lo que le permite trepar por las paredes o saltar de ventana en ventana. No queda aquí la cosa ya que es especialista en lucha cuerpo a cuerpo dando patadas y puñetazos de gran fuerza a sus rivales.

Es una heroína de las de época pero por desgracia no sabe quién es ni de dónde viene, por eso necesita encontrarse con ciertos personajes que le prestarán su ayuda y así seguir el camino que le conduzca a la verdad. A veces lo que irá descubriendo le proporcionará dudas acerca de la causa que persiguen los erroristas.

La acción prima sobre el resto de situaciones ya que cada pocos pasos seremos abordados por montones de enemigos dispuestos a eliminarnos. La variedad es muy pobre ya que pueden contarse con los dedos de una mano. Al típico soldado con traje espacial que podemos llamar enemigo genérico nº 1 para esta generación, debemos añadir los yonkis de la memoria llamados leapers, su evolución gigante que consume energía de estos y algunos robots con poca puntería. En algunos capítulos aparecerán jefes finales con un diseño maravilloso pero con nula dificultad.

Para hacer frente a todos estos tipejos tenemos la posibilidad de realizar combos personalizables un añadido más que interesante pero que acaba convirtiendo en un paseo militar la aventura. A grandes rasgos iremos adquiriendo experiencia que tras alcanzar cierto nivel nos permitirán desbloquear nuevos golpes, que se dividen en cuatro grupos:

Fuerza: Los más potentes y que restarán más vida a nuestros rivales.

Experiencia: Cuando completamos una combinación completa de muchos golpes (van de 3 a 8) se nos añadirá experiencia, pero a su vez podemos elegir golpes de este tipo para multiplicar su efecto y mejorar nuestro repertorio.

Vitalidad: Con cada nuevo impacto nuestra barra de vida se repone.

Sense: Es nuestra capacidad para realizar movimientos especiales. Normalmente requieren un tiempo de recuperación el cual podemos reducir usando estos golpes.

Hacer buen uso de la cadena de impactos será esencial para poder eliminar enemigos uno detrás de otro sin sufrir grandes daños. Como decía además de estos golpes tenemos movimientos especiales que se irán desbloqueando de manera automática en determinados momentos del juego.

Su uso será fundamental para destruir maquinas, eliminar enemigos especiales o deshacernos de grandes grupos de rivales. A su espectacularidad se añade el poder destructivo, con lo que debemos usarlos con cabeza y en la medida de lo posible reservarlos para momentos de apuro. Por desgracia esta gran cantidad de combates serán calcados uno detrás de otro y no ofrecerán nada nuevo salvo en momentos puntuales. Un consejo: Si vais a iniciar vuestra aventura hacedlo en el nivel máximo de dificultad para que suponga cierto reto, de lo contrario se os hará muy fácil.

A la parte «plataformera» del título le pasa en cierto modo como a la de acción, queda demasiado genérica y especialmente sencilla por los constantes avisos del camino a tomar. Nuestra ruta está definida y no podemos salirnos del camino marcado por mucho que queramos. Esto que puede ser un punto negativo, si lo mezclamos con la historia puede tener todo el sentido del mundo. Os pongo en situación.

Nos encontramos en un mundo dominado por los recuerdos, donde nadie hace nada sin tener un vigilante detrás que le guie. Nosotros pertenecemos a ese universo, por lo tanto sólo podremos actuar según los designios de nuestro compañero Edge que marca la senda a seguir. El posee el conocimiento de quién somos y a donde vamos, por ello cualquier alteración de esto daría de bruces con la fachada construida por Memorize. Somos un ente más dentro de una sociedad que se cae a pedazos y que no encuentra salida a sus penurias.

El calendario de los camioneros en 2084

Hablando del mundo creado para Remember Me, podemos estar ante el diseño artístico más espectacular creado en años. Neo-Paris es un constante de desafío a los sentidos, cada calle está trabajada con mimo. Las consignas que leeremos en las paredes, los grafitis, los rótulos de neón que pueblan los barrios bajos y el ver la Torre Eiffel al fondo, justo al lado del edificio principal de Memorize es magnífico. Por desgracia todo esta belleza será sólo en la parte inicial del juego, ya que la mayoría de la aventura transcurre en interiores ciberpunk lleno de robots de la limpieza.

Conforme avanzamos en la aventura se nos revelarán importantes acontecimientos de nuestra vida, por lo que luchamos y quiénes son los enemigos a los que queremos derribar. Para conseguirlo no emplearemos la fuerza bruta como en el resto del juego, se han inventado un par de novedades donde usaremos la cabeza para resolver puzles (muy sencillos) gracias a los recuerdos extraídos de los rivales. A veces es simplemente seguir la ruta que tomaron o adivinar la clave de una puerta, pero da un nuevo aire al continuo aporreo constante de botones.

La otra novedad es la posibilidad de alterar recuerdos. Nos meteremos de lleno en un extracto de la vida del personaje y pasando hacia delante o atrás (como en una cinta de vídeo) podremos alterar lo que en ese instante sucede. Quedan muy bien y permite ver como transcurrirían los hechos según que pequeños cambios pongamos en escena.

El juego está completamente localizado a nuestro idioma, con unos actores para las voces magníficos. Sin embargo en las escenas pregrabadas la sincronización labial brilla por su ausencia dando lugar a momentos de completo silencio cuando el protagonista está en medio de una conversación y al contrario.

Como comenté anteriormente el acabado artístico es fascinante y no sólo por la recreación de un Paris futurista y sus decadentes suburbios, sino por la concepción de los personajes principales y Nilin la protagonista. Le han dotado de mucha personalidad y dan ganas de conocer más de su persona, esperemos que en futuras secuelas (o mejor precuelas) donde arreglen los graves errores cometidos en esta ocasión.

En conclusión estamos ante un intento fallido por parte de Capcom que se ha quedado demasiado en las bases intentando copiar más que innovar y bajo mi punto de vista lo tenían todo para haber creado una gran aventura. Una protagonista con carisma, unos escenarios espectaculares y una potente historia, pero se han quedado en la orilla. Sólo la metáfora que antes expuse puede explicar la razón de tanta linealidad, pero visto desde otros ángulos seguro que ha supuesto una completa decepción.

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