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Análisis: Out There Chronicles

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Out There Chronicles

Out There ChroniclesCrítica

Out There Chronicles es una especie de hijo bastardo de Out There, un universo expandido separado en el tiempo y en el espacio cuyo objetivo es ahondar en el trasfondo creado para el juego original. Supongo que ésa sería una buena forma de presentarlo, como spin-off de la incursión que hicieron en Mi-Clos Studio en dispositivos móviles hace ya más de un año. Un videojuego padre que mezclaba la gestión de recursos y un putísimo factor aleatorio que nos hacía morir una y otra vez con muros de texto, tanto de eventos que nos surgían como de reflexiones del protagonista, descubrimientos, pedacitos de metafísica… Un videojuego muy único de ciencia ficción, con un mundo evocador, que exigía algún tipo de añadido, de revisión.

Llama la atención que ésta llegue en forma de novela visual, desprovista casi del todo del factor “jugable”. FibreTigre (su creador) y el equipo de desarrollo han apostado doblemente por la narración, tanto escrita como visual, y aunque en el fondo el hilo conductor pueda ser similar (necesitamos ir a un punto desconocido del universo) aquí lo importante no es esquilmar planetas y estrellas, sino que el foco está puesto en los mundos y gentes que encontremos.

El resultado es más que positivo.

Out There Chronicles toma aire y se zambulle en un océano de ciencia ficción, mundos distantes y sociedades extrañas con una tranquilidad y un buen gusto reseñables. La historia que nos hace vivir se hace enemiga de los grandes despliegues y del melodrama, dejando alguna situación complicada y más “jugable” (contadores de tiempo a medida que hablamos o nos decantamos por alguna acción, pero poco más), pero deleitándose en el mundo y el trasfondo que quiere mostrarnos. Un océano que ya se intuía en el videojuego original, lleno de partes oscuras e inexplorables, sobre las que ahora llega algo más de luz.

Nuestro protagonista, del que pronto aprenderemos el nombre, lleva más de un millón de años en hibernación suspendida. Un náufrago en el tiempo, pero también en el espacio. Es rescatado por una civilización humana, los descendientes de una de las Arcas que abandonaron la Tierra con el cataclismo que a él también le hizo huir… pero no tienen demasiado en común. Su sociedad es distinta de la conocida, casi una parodia extremista de algunos aspectos de nuestra propia actualidad.

Pero pronto esa sociedad ajena se nos quedará pequeña y empezaremos el verdadero viaje de Out There Chronicles, que nos va a llevar a emborracharnos de extrañeza, de ese universo que proponen en el que puede uno encontrarse a la versión más lúcida de Jodorowsky, pero también a Asimov.

Ya saben cómo va esto: a Out There Chronicles se juega como si estuviéramos leyendo una sofisticada novela de “elige tu propia aventura”, sólo que en un formato mucho más visual. Las evocadoras y potentísimas ilustraciones creadas para la ocasión por Benjamin Carré se abrazan con la música etérea de Siddharta Barnhoorn para crear un matrimonio perfecto, una experiencia con una entidad tan propia que logrará que nos creamos estar ahí, varados en el tiempo y en el espacio. Ambos elementos acompañan en todo momento y complementan a un texto que está a la altura, y la combinación al final parece una ventana abierta al cosmos.

Decía que uno de los elementos que más lo acercarían a un videojuego al uso son los momentos limitados por “tiempo” (realmente por número de acciones, casi como turnos), pero me estaba dejando lo mejor para el final: la lengua de los dioses. Habrá un momento, una vez avancemos lo suficiente, que tendremos que comunicarnos con otros seres del universo, en una especie de lingua franca de la que no tenemos ni idea. La misma que ya aparecía en el juego original. No nos quedará otra que buscar pistas y suponer en base a las respuestas que nos den al pedir que nos expliquen cada término. Una vez decidamos lo que significan, se quedarán siempre ahí. Por ejemplo, si aprendemos que un término significa “CATÁSTROFE” siempre que nos lo digan ya saldrá traducido como tal, y si más tarde descubrimos que no era eso, tendremos que estar pendientes y hacer una reinterpretación de las frases que oigamos. Una mecánica que da muchísimo juego.

La narración se hace muy interesante rápidamente, y sabe gestionar muy bien las revelaciones con las que va salpicando el recorrido del protagonista. Se gusta y sabe gustar, tiene la calma suficiente como para que el jugador se haga preguntas y se maraville con el mundo que le muestran. Y el juego con el idioma la hace aún más inmersiva, requiere una cooperación aún mayor por parte del jugador. Los temas que maneja son diversos, pero siempre están dentro de las obsesiones de la buena ciencia ficción: las grandes preguntas.

Sólo encuentro una pega que ponerle al conjunto: el camino está muy marcado. Lo que en otras novelas visuales (o de elección de aventuras) nos llevaría por distintos derroteros, aquí casi siempre acaba en la muerte del protagonista si no hacemos lo que el juego quiere que hagamos. Así se convierte casi en una aventura gráfica en la que tenemos que hacer determinadas acciones en un orden, conseguir objetos para más adelante… he visto variedad en algunos momentos, pero me hubiera gustado tener una mayor libertad de acción. Lo único que mejora esta sensación es que muchas veces las respuestas viables están muy bien justificadas.

Out There Chronicles acaba siendo un trayecto de unas tres horas, contando con que nos equivoquemos unas cuantas veces (y lo haremos). Al parecer se convertirá en videojuego episódico (finaliza avisándonos de que hemos terminado el primer capítulo) y creo que el formato le sentará bien, aunque deberían haber avisado al jugador.

A pesar de estos fallitos, creo que merece muchísimo la pena. Desafía muchas de las convenciones del juego en móviles (no genera partidas cortas, no tiene mecánicas que enganchen, requiere mucha atención…) y logra subvertirlas y asfixiar de ciencia ficción al jugador a través de una pantallita. La historia atrapa y los personajes que encontramos están muy vivos y llenos de carisma. En todo momento lo que genera son ganas de seguir adelante, de seguir explorando, de seguir interactuando. Ahora queda pendiente saber cuándo llegarán los siguientes episodios, y si también, al igual que su hermano mayor, acabará llegando a PC. No se lo pierdan.