Desde pequeños se nos dice que debemos clasificarnos en dos grupos. Unos, con una mente más fría y lógica deberán enfrentarse a los desafíos de las matemáticas y las demás ciencias. Por otro lado, aquellos cuya mente esté en un estado de dispersión total y vean las cosas desde otro punto de vista serán clasificados como gente de letras (también serán metidos aquí todos aquellos a los que a priori les asqueen las matemáticas).
Estos grupos no tienen prácticamente importancia en la infancia, más allá de una nota en el reporte escolar. No obstante, según vamos acercándonos a la edad adulta todo se va encaminando a la salida profesional en la que contribuiremos hasta el fin de nuestra vida útil.
En ese período nos olvidamos de los juegos y los juguetes que nos acompañaron desde que teníamos memoria. Dejamos atrás los Geyperman y las Barbies, los Scalextric y los Playmobil (amén de todos los juguetes con que los niños de antes se divertían).
Pero de vez en cuando hay alguien que sobrevive a este proceso. Alguien que acepta dividirse en uno de esos dos grupos de cara al mundo, pero que por dentro siempre mantendrá ese espíritu infantil. Y cuando esto pasa, suele terminar por traer al mundo algo que despierta a ese niño al que el mundo tapó la boca.
Ese alguien es Notch y las buenas gentes de Mojang, que nos han dado uno de los juegos más famosos de la década, sólo evocando a nuestros recuerdos con los Legos, los Mecano o los Megabloques. Sí, señores, hoy vengo a hablarles de Minecraft.
¿Como definir Minecraft? Creo que la mejor definición hecha hasta la fecha proviene del capítulo de South Park “Informative Murder Porn” en el que los padres de los protagonistas tienen que aprender a jugar Minecraft de un niño que les explica de la siguiente manera:
“-¿Cuando comienza el juego?
-¡Ya estás jugando!¡Esto es el juego!
-No lo entiendo
-Eso es porque estás pensando como un padre.
En Minecraft no hay ganadores, no hay objetivos.
Solamente construyes mierdas y ves cómo otras cosas tratan de derribarlas.”
Esto es básicamente Minecraft, un juego de construcción prácticamente infinito. En este juego te inicias en un mundo vacío en el que tienes que recolectar comida y materiales para ir construyendo alimentos y refugios. No es un juego de supervivencia, aunque posea el elemento de hambre y vida, y la incorporación de enemigos (más por la noche que por el día).
Se trata ante todo del sandbox más peculiar y con mayor personalidad disponible en el mercado, y eso explica que de iniciarse como un juego independiente disponible exclusivamente a través de la página web de Mojang ahora todas las plataformas se peleen por incluir el Minecraft como descarga digital en sus stores correspondientes. Incluso está anunciada su próxima llegada a la Next Gen.
Las mecánicas de Minecraft son más simples que un lápiz. Golpeas cosas del mapa para conseguir elementos y luego los combinas o “crafteas” para ir creando cosas. Así mismo, el crafteo es una lista enorme que puedes encontrar recogida en montones de páginas y foros dedicados a esta joya.
En cuanto a su dificultad, este juego te permite medirte en una experiencia que te pondrá a prueba en el modo supervivencia, y ajustando las propiedades del mundo para que resulte más complicado encontrar los materiales necesarios o con demasiados enemigos como para atreverse a enfrentarte a ellos con tu ridícula espada de madera, o disfrutar despreocupadamente en un modo creativo, más enfocada a la construcción de enormes estructuras y con facilidades como materiales infinitos, capacidad de volar y no tener hambre ni apenas enemigos que matar.
Otro gran aspecto de este brillante juego es el multijugador, convertido en tremendamente famoso gracias a los Youtubers de todo el mundo, que han sabido apreciar y popularizar esta joya haciendo horas y horas de partidas multijugador. Además, existe una enorme comunidad de modders y servidores que han establecido nuevos caminos inimaginables para Mojang cuando desarrollaban su juego.
La estética puede parecer un punto negativo para el ojo poco HAMOROSO. Pero sinceramente esos personajes recortables, ese mundo que parece sacado de la imaginación de un niño, tremendamente colorista. Ese píxel gordaco, de recebo incluso me atrevería a denominar. Es todo una invitación a pasárselo bien. Notch te da la mano y te dice, déjate llevar, no quiero que te tomes mi juego muy en serio, sólo juega como un niño. Disfruta.
Así, a pesar de que lo máximo que existe en torno a la narrativa de este título es que el personaje es llamado comúnmente Steve, el juego no carece de historia. Me explico. Obviamente, no hay un trabajo sesudo de guionistas detrás de este título. No hay narrativa fragmentada que se adecue a este mundo procedural, ni sidequests u objetivos de ningún tipo. No vamos a encontrarnos a un aldeano que nos pida encontrar un objeto en una mazmorra.
Sin embargo, la narrativa está presente en todo momento. La historia la pones tú, jugador. Todo lo que quieras construir, la zona que elijas habitar, tendrá un sentido para ti, y que muy probablemente solamente tú entiendas. Y no hace falta más para justificarlo. ¿Que puede haber más sublime que ofrecer experiencias únicas a cada persona que se enfrenta a tu software?
Si algo tengo que poner como nota negativa es que si juegas offline, muchas veces puede llegar a aburrir estar solo, y terminar poniéndole cara a un balón (o cualquier bloque o criatura de Minecraft) y llamarle Wilson. Puede que sea porque somos adultos y no siempre podemos sacar el niño a disfrutar. Pero merece la pena disfrutar aunque sea unas horitas a la semana.
Página oficial de Minecraft
