Análisis: La Mulana

Análisis: La Mulana 1

Con su inseparable sombrero y un látigo gastado, Lemeza se adentra en las peligrosas e inexploradas ruinas de La Mulana. Con la ayuda de un ordenador portátil con poca memoria RAM y los consejos de un viejo borracho y pervertido llamado Zelpud, deberemos enfrentarnos a los más terribles e inesperados peligros.

La Mulana es un plataformas de esos que llaman metroidvania que nos obligará a visitar de manera constante los mismos escenarios en busca de nuevas armas, localizaciones y secretos. Todo esto con unos gráficos de píxeles gigantes, animaciones gloriosas, preciosas melodías y una de las traducciones al español más perversas y singulares de la historia, casi al nivel de la «lellenda de la cerda» con constantes tacos, referencias cañí e insultos a nuestra persona.

Nuestro protagonista es capaz de saltar, atacar con un arma principal y una secundaria, así como utilizar algunos objetos especiales. A su vez recolectaremos monedas que usaremos en las numerosas tiendas, pesas que colocaremos para desbloquear secretos y unas bolas verdes que al acumular el mismo número que el de nuestra barra de vida hará que esta llegue al máximo de capacidad. Esta barra de energía se ampliará con unas esferas repartidas por todo el mapeado, el cual es enorme.

En principio cuenta con todos los elementos para convertirlo en una referencia para los aficionados a los plataformas retro que en su día disfrutaban de aventuras de corte similar. Por desgracia la gente de Nigoro no ha sido capaz de lograrlo en ningún momento ya que La Mulana tiene muchos más errores que aciertos.

LOS ERRORES DE LA MULANA

Dificultad: Si alguien lee esto lo primero que podría soltar es un «casual» en toda mi cara, pero nada más lejos de la realidad. Soy fan de los retos difíciles siempre que sean coherentes y respaldados por la jugabilidad, lo que no es el caso. Todo en este título está creado para dañarte, las trampas son escandalosamente poderosas, los enemigos al principio te aniquilarán con cada error y los jefes finales tendrán un aguante excesivo. Ni siquiera con la aventura ya encarrilada tendremos la sensación de poder que se debería tras tantos retos y colección de objetos.

Jugabilidad: Nuestro personaje realiza saltos que no pueden variar su trayectoria una vez estas en el aire, lo único que eres capaz de hacer es detener un poco el avance, pero cayendo en el mismo lugar. Esto empeora cuando obtienes la capacidad de salto doble cuyo segundo impulso sólo sirve para continuar con la dirección ya marcada. Si un enemigo te golpea sales despedido hacia atrás sin poder moverte, esto provocará infinidad de caídas sin escapatoria.

Detección de impactos: A los ya mencionados torpes movimientos de Lemeza debemos unir a que cualquier roce con cualquier cosa nos provocará daños. Especialmente sangrante cuando estos son los jefes finales que cuentan con un tamaño descomunal y que simplemente por estar cerca de nuestra posición nos dañarán. En cambio nuestras armas parecen cortadas al tamaño justo para no darles nunca.

Exploración: Nunca sabremos a donde ir pues no tenemos un patrón de juego, por lo que nos perderemos en múltiples ocasiones sin tener la más remota idea de cuál es el siguiente paso. Los numerosos textos que se suponen nos ayudan son demasiado complejos e indescifrables en muchos casos. Un juego que nos obligué a tirar de guía de constante es que está mal planteado.

LOS ACIERTOS DE LA MULANA

Con todo esto que os comento os preguntareis porque he estado perdiendo mi tiempo (me ha llevado completarlo 36 horas) jugando a esta atrocidad. Es un compendio de razones que intentaré explicar y que van más allá del análisis simple de «echarse unas partidas»

LA NOSTALGIA: A pesar que los metroidvanias no son mi especialidad con La Mulana he revivido algunas sensaciones que hacía muchos años no sentía. Las constantes zancadillas al jugador me han transportado a la época en que moría de forma constante en Phantomas o en cualquier juego de Spectrum. El desamparo ante lo que pasa en la pantalla y el afán de ir un poco más allá.

EL EGO: También podríamos llamarlo el «conmigo no puedes«. Llega un momento en que estás atrapado y aunque sufres por todos los errores que posee el juego, eres capaz de olvidarlos y centrarte en tu meta, ver el final de todo aquello. Dejas a un lado los insultos a Lemeza y continuas, dándole vueltas a la cabeza de porque ese jefe final te ha matado de dos impactos.

En definitiva y a pesar de que os he explicado poco de lo que encontrareis (o lo he hecho de una forma poco habitual) no puedo irme sin decir que NO JUGUEIS A LA MULANA es una condena que os quitará salud y tiempo. En caso de que busquéis un metroidvania en PC de lo más divertido dadle vuestro HAMOR a Unepic.

Si a pesar de mis consejos os adentráis en este tremebundo universo y salís con vida, habréis pasado por una de las experiencias más completas que un aficionado a los retos vintage puede encontrar en estos tiempos.

Salir de la versión móvil