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Primeras Impresiones: République (capítulos 1 a 3)

Primeras Impresiones: République (capítulos 1 a 3) 1

Parece que no, pero como pasa el tiempo, ya hace casi dos años que oímos hablar por primera vez de Republique y su interés por revolucionar el mundo del videojuego móvil, queriendo ser uno de los pocos triples A para este formato.

Resumiendo un poco la historia de este proyecto de Camouflaj y Logan Games, por si no la conoces, es el resultado de un Kickstarter que estuvo a punto de fracasar allá por el 2012. Su propuesta era crear un videojuego con los recursos de una producción para consola, pero en móvil. Con distopías futuristas dictatoriales (con lo que nos gusta esto por Nivel Oculto) de por medio y una jugabilidad adaptada a este medio.

Entre el buen teaser y gran presentación del proyecto en la plataforma de mecenazgo antes mencionada, junto a la idea de disfrutar de un juego móvil que no fuera lanzar pollos con catapultas o correr hasta morir, muchos nos vimos seducidos en apoyarles.Su primer tirón fue bueno, pero se quedó estancado en apoyos y parecía que al final iba a morir sin más remedio: La idea de un juego “consolero/pecero” en móvil no estaba cuajando ¿la solución? Fue ceder en uno de sus objetivos y anunciar una versión para PC y Mac. De repente salieron donantes de debajo de las piedras y la gente de Camouflaj y Logan Games pudo crear lo que por fin podemos jugar a día de hoy.

Con una versión de iOS ya en el mercado hace un tiempo, por fin ya podemos disfrutar del título en PC y Mac. Esta última versión es la que se ha podido analizar, por lo que la experiencia vivida seguramente ha sido distinta a la edición móvil. En especial por el control y apartado visual, que cambian bastante y, con el que pretenden dar un plus a los usuarios de PC por la larga espera que han aguantado. Con todo esto en mente ¿ha merecido esperar la versión de ordenador? ¿Han sabido corresponder a los usuarios que salvaron el proyecto en última instancia? Pues sí y no al mismo tiempo.Eres parte de la historiaPara empezar, République es un juego que rompe la cuarta pared con el jugador y le hace participe activo de la historia, ya que sin él, Hope, el otro personaje principal, estaría “ciega” ante los peligros y situaciones a las que se enfrenta a lo largo de la aventura.

Este recurso teatral, de hacer partícipe al “público” en la obra representada, République lo integra de forma genial, no solo en la trama sino que también deja su huella en las mecánicas de juego. Estos apartados quedan, gracias a este recurso, entrelazados entre sí siendo difícil el explicarlos por separados.

Para ponerte en situación, imagínate que un día tu móvil empieza a vibrar y ves una llamada de un número desconocido ¿Qué harías? ¿Lo cogerías a ver quién llama o colgarías directamente, cansado de tanto telemarketing? Si la curiosidad te puede y descuelgas, tu vida puede cambiar radicalmente y la de otra persona puede depender completamente de tus decisiones. Esa es la situación en la que intenta ponerte Republique.

Nada más “descolgar el teléfono” nos salta una videoconferencia en la que una chica compungida y asustada, se alegra de que alguien le responda y nos pide ayuda, tarea difícil, ya que como receptores de la llamada nos encontramos desorientados ante la situación: no sabemos quién es la chica, desde dónde llama o qué pasa. Lo único que podemos hacer es pulsar espacio y descubrir que podemos congelar la imagen, detectar todos los dispositivos electrónicos de alrededor y por motivos que aún desconocemos: hackearlos. Ahora te toca usar tus poderes de “Gran Hermano” recién adquiridos, para ayudar a Hope a escapar de su suplicio.Quien no hackea, no ganaA partir del primer dispositivo que hackeamos, ya empezamos a vislumbrar la mezcla extraña de géneros que tiene el título. En pocas palabras se podría describir como una “aventura gráfica de sigilo”, algo que no estoy seguro si ya existía de antes, pero que me ha parecido un enfoque muy original de jugar en una aventura gráfica de point & click.

La jugabilidad se puede dividir en dos modos de juego principales: En uno das las ordenes a Hope, con el ratón le indicamos a que zonas debe ir, en que sitios debe esconderse, si debe interactuar con algo del entorno o robar/atacar a algún guardia desprevenido. Con el otro hackeas el entornos y planeas estrategias de avance o huida.

Esta última forma de juego, la del hackeo, es muy similar a la otra, la diferencia radica en que la imagen se congela y todo se muestra como un radar omnidireccional en el que hope es el epicentro. Mientras nos encontremos en este modo podemos ejecutar todos nuestros “poderes hacker” e ir pasando de cámara en cámara para analizar la ruta optima hasta nuestro objetivo, sin que detecten a nuestra compañera.En este modo, aparte de pensar que ruta seguir a través del estudio del nivel, también podemos hackear otros dispositivos electrónicos, como pueden ser: puertas, alarmas, ordenadores, teléfonos o el propio equipo de los guardias. El hackeo de algunos de estos aparatos nos servirá para desorientar, encerrar o escapar de los enemigos, mientras que otros nos darán información sobre el mundo donde vive Hope, dan pistas sobre lo que esta pasando o desentrañan, poco a poco, el misterio que envuelve al juego. Es decir el explorar tiene su recompensa en forma de información, por lo que si quieres enterarte de que está pasando, más te vale investigar.

Eso sí, el hackeo no es infinito y hay un límite. Cuando te dispones a hackear algo el cursor te indica cuantas rallas de batería de móvil consume. Teniendo en cuenta que el móvil de Hope no tiene un reactor nuclear como batería, debes usar los hackeos de forma planificada, si no tendrás que ir buscando baterías, robarlas o ir a salas de recarga continuamente, ya que estas son las únicas formas de volver a tener energía para seguir pirateando.Camuflate con el entornoComo juego de sigilo que es, es muy probable que te detecten alguna que otra vez y tengas que escapar o defenderte en última instancia. Para ello aparte de dar órdenes y piratear el entorno puedes defenderte con un spray de pimienta o un taser, ambas se encuentran en muy pocas unidades y algún que otro enemigo es inmune a ellas, por lo que no te aseguran el escapar al 100% de tus captores.

Hope por su parte no es una pava sumisa que espera a que le des todas las órdenes del mundo, ella es capaz de esconderse en el mejor sitio del lugar que le indiques, moverse sigilosamente por los elementos del escenario señalados, para que los guardias de patrulla no la detecten, empuñar y usar armas de forma automática si se siente amenazada o salir corriendo en la dirección que ella crea mejor si tu no le das ninguna sugerencia. Es decir en momento de tensión y peligro Hope es autosuficiente, pero con tu ayuda tiene más probabilidades de huir.

En relación con lo de las baterías, armas y escapar de los villanos, entramos en uno de los puntos flacos del juego y es que es fácil de nutrirse de estas defensas, ya que explorando un poco y robando a los guardias, es muy fácil siempre tener al máximo nuestras unidades de spray de pimienta, taser y baterías. Esto junto a la sencillez del primer episodio, te permite ahorrar equipo y poder ir electrocutando en salas más complejas a todos los guardias, siendo esta, una forma de juego un poco estúpida y que rompe la gracia del juego, pero totalmente viable. Además esta situación se mantiene hasta el tercer episodio, exceptuando algún soldado blindado suelto, en los capítulos anteriores.

La dificultad del juego es el apartado que habrá que ver como evoluciona en los próximos episodios. Ya que lo comentado anteriormente junto a cierta ceguera de algunos guardas y al hecho de que Hope es bastante lista si se ve en apuros, hacen que estos primeros tres episodios sean sencillos.

Mientras piratees, avances por los mapas y vayas recogiendo objetos, verás que la historia se te ira desgranando poco a poco. El juego está lleno de cartelerías, periódicos, notas, conversaciones telefónicas, mails, libros, cartas y demás que te van aclarando el porqué de que Hope este como está, por qué la persigue su gobierno y sobre todo para ir descubriendo a Metamorphosis, el país donde se desarrolla el juego. Un lugar tan opaco al mundo que Corea del Norte parece un país turístico comparado con ellos.El hecho de que tengas que ir explorando/robando para conseguir toda la información es un arma de doble filo. Por un lado hace que sea más rejugable y que cunda mucho más el juego, por otro lado puede ser muy pesado tener que estar volviendo a ciertas zonas (sobre todo para escuchar las cintas de audio) de forma habitual, en especial, cada vez que actualizas el firmware del móvil de Hope o robes alguna identidad (son las únicas formas de entrar en cierto sitios). Además hacen que la historia sea más confusa.

Por último, para acabar con el tema argumental y jugable, os comento que la trama no se centra solo en Hope, hay una serie de personajes en el juego, cuya interacción con nuestra compañera añaden puntos de inflexión a la historia que nos quieren contar. En definitiva son los secundarios del juego los que suelen añadir “chicha” a lo que está pasando, hacen que te quedes con la intriga de lo que pasa y quieras descubrir más sobre Metamorphosis.Lo malo es que los capítulos de este juego recuerdan a LOST, es decir, los últimos tramos de cada episodio están plagados de “momentazos” y cuando se te va a revelar algo interesante, fundido en negro y fin de episodio: Te hacen sufrir un “gatillazo argumental” y te dejan con cara de tonto delante del PC.

No es broma: République y juegos como Metal Gear tienen muchas cosas en común y eso que son de géneros totalmente opuestos, pero en ambos el sigilo es clave.

Cambiando de tercio y hablando ahora del apartado visual, en esta versión de ordenador han actualizado el motor gráfico y es uno de los primeros que usa Unity en su versión 5. Se nota su incorporación en la cantidad de detalles y nuevos efectos visuales que añade, en especial iluminación y sombras. Mejoras que sientan muy bien a los escenarios diseñados por Camouflaj que antes parecían un poco vacíos y ahora, con el nuevo motor y algún que otro retoque para esta edición, añaden el toque que faltaba.

Aun así, es una pena que algunos entornos sigan pareciendo un poco de “copiar y pegar” de una zona a otra. El juego es muy bonito y el arte del juego esta conseguido y va acorde con el mundo distópico que ha creado el Gobierno de Metamorphosis. Pero a veces, los escenarios, parecen sacados de un hotel de tres estrellas genérico, en el cual todos los pasillos son iguales y las habitaciones clónicas, en los que solo sabes si estas en una u otra planta ya que en el pasillo de una hay un extintor y en el de la otra no, por lo que no es difícil desorientarse y acabar en otro sitio distinto al deseado.

Es verdad que la distribución de los mapas nunca se repite y que en muchos sitios, si tienes un destornillador (objeto que sueles robar) en tu equipo, puedes abrir nuevas rutas y acceder a otros lugares pero, el aspecto a base militar genérica, en el que se repiten diseños, es común en Republique. A lo mejor han buscado dar esta sensación en relación con lo que vas descubriendo mientras juegas, pero a mi aunque tenga este diseño una justificación argumental, no me ha convencido. Además esta sensación de repetición se acrecienta con lo clónico de los villanos, que es algo descarado.Si ha merecido la pena o no esperar, pues, midiendo sus pros y contras en una balanza, nos encontramos ante una aventura gráfica diferente, como si Metal Gear se fusionase con tu aventura gráfica favorita. Es un juego bonito, tiene intriga y que seas protagonista del juego está muy bien. Como todo en esta vida, no es perfecto y el juego a veces es sencillo, los enemigos un poco lerdos, los entornos clónicos en aspecto y concentrar los momentos de tensión casi siempre al inicio o fin de los capítulos.

Aún así es un juego recomendable, que deberías probar, pero no sé si a todo el mundo le va a convencer el hecho de que sea un juego de sigilo que se maneja como una aventura gráfica, ahora te toca a ti decidir si te merece la pena ayudar a Hope. Por mi parte le voy a seguir ayudando, como mínimo, hasta el final de esta primera temporada de République.