No es la primera vez que hablo de Zone 22 por aquí. Ya en septiembre de 2013 me enamoraba del juego de Nordic Legacy y venía corriendo a contárselo a ustedes, queridos lectores.
Y lo cierto es que no hay mucho nuevo que contar, salvo que sigue adelante (esto ya es noticia con algunos desarrollos que se nos graban a fuego y luego desaparecen en el limbo de lo que nunca fue), pero permítanme que repasemos de qué va esto.
Zone 22 es un mundo en el que han ganado los nazis. Pero a diferencia del último Wolfenstein (buen juego, mejor persona), no sólo se insinúa la crueldad del Reich y el nuevo estado del mundo, sino que además aquí hay que padecerlo en primera persona. Una distopía cruenta que es un poco El hombre en el castillo meets Papers, Please, con un campo salvaje en el que estamos reclusos y deberemos trabajar y procurarnos sustento, mientras estamos calladitos y no damos problemas, para poder vivir un día más. Esto trufado con la posibilidad de rebelarse, con misiones que se pueden resolver de varias formas distintas y hasta “subidas de nivel” que entenderéis mejor cuando veáis el vídeo
Cómo sobrecoge la música, ¿eh?
Me gusta mucho la propuesta de tener que joderse y trabajar para sobrevivir, y espero que la lleven hasta las últimas consecuencias y no se quede en un par de mecánicas tímidas para “no aburrir”. Creo que el nuevo look, con ese cel shading, le hace un favor al título: su anterior aspecto, más poligonal y “feo”, podía sacar al jugador de la inmersión.
Tengo muchas esperanzas en esto, y parece que en algún momento de este 2015 llegará. Vayan preparando sus bigotes.