Permítanme arrancar en esta ocasión con esta joya audiovisual. De hecho, les recomiendo encarecidamente leerme mientras escuchan esto. A ser posible, con la voz aterciopelada de Barry White.¿Saben? Hubo un tiempo en que los mejores coches del mundo no se medían en kilómetros por hora o en potencia. Al menos, para todos aquellos que soñábamos con el sol de California bañándote a lomos de un descapotable. Lo más interesante de la pieza de Jamiroquai que acaban de disfrutar (Insisto, háganlo, por HAMOR del mismísimo) es el trío protagonista.
Entonces, sus defectos no eran algo de lo que preocuparse. Como tampoco era saber quién la tenía más larga, automovilísticamente hablando. La cuestión era molar, más allá de necesitar una justificación racional para ello. Si observáis el videoclip con atención, no hay competición alguna entre sus protagonistas. Se persiguen unos a otros, se dejan adelantar, aceleran a fondo o dejan de hacerlo con el único y exclusivo criterio de pasárselo pitufísimamente bien.No hablo de esos sucios humanos, hablo por supuesto de esas tres JACAS motorizadas. Comparten el ser italianas y tener unos preciosos faros escamoteables. Con su extinción ganamos en seguridad para los peatones y aerodinámica para nosotros. Pero… Oh Dios, cuantísimo perdió la humanidad sin esos faros…
Antes de lanzarme a hablar de OutRun (Porque todos SABÉIS que voy a hablar de OutRun), el vídeo introductorio de otro juegazo, Ridge Racer Type 4, es perfecto para explicar de qué va todo esto de conducir realmente:Hay en esta segunda maravilla, esta vez videojueguil, un elemento en concreto que me vuelve loco:
Ruedas con tu superdeportivo al corte de inyección, luchando por adelantar puestos y demostrar que eres el putísimo amo in vinegar. Hasta que a la salida de un túnel, aparece la chica de tus sueños, en apuros, haciéndote señas para que pares.
Si fueses un auténtico piloto profesional, ni te fijarías. Pero, amigo mío, esto es UN JUEGO.
Aquí hemos venido a pasárnoslo bien, a disfrutar. Ese trofeo por el que luchas es tan virtual como la chica. El reto (Ganar) que te imponen es EL MEDIO programado para conseguir el FIN: DISFRUTAR CONDUCIENDO.
DISCLAIMER: Me gustaría haber encontrado un ejemplo que no me hiciese parecer un misógino que escribe fumando puritos Dux escoltado por una botella de Osborne, pero por desgracia, esto de los coches era tal que así hasta hace bien poquito.
Cuando le preguntaron a Yu Suzuki la fórmula del éxito para su hijo pródigo, OutRun, se marcó un frasote que, con el tiempo, acabaría convertido en la espina dorsal de Automofilia:
“OutRun is not a racing game, it’s a DRIVING game”
“OutRun no es un juego de carreras, es un juego de CONDUCIR”
En el instante mismo en el que descubrí esta frase, comprendí con lágrimas en los ojos por qué cada día me la suda más la Fórmula 1 y babeo con coches tan peregrinos como un Escarabajo de los viejunos. O por qué cuando llego a casa y me da por jugar a algo, el último Gran Turismo sigue cogiendo polvo en lo que vuelvo a pasarme el primer Driver, exactamente igual que hace 16 años.
Me gusta CONDUCIR, no COMPETIR. Aún hoy, cuando tengo otro de mis sueños automofílicamente eróticos, no me imagino ganando en Mónaco entre duchas de carísimo Champagne.Sólo os diré que en esos sueños hay palmeras, una melena rubia agitándose cual bandera desde el asiento del copiloto, y un rugido de los que sólo un motor de gasolina podría ronronear.
En honor a estos delirios de grandeza, en memoria de todo un género como es el de los juegos de CONDUCIR, con la esperanza de dejar un mundo automovilísticamente mejor a mi vasta (y basta) prole, hice un juramento. Un juramento contra la marea de conducción autónoma, vehículos híbridos y deportivos descafeinados; contra los simuladores hiperrealistas y competiciones sosísimas:Y éstos fueron los pasos que me llevaron a la loca idea de desarrollar Automofilia. Estoy convencido: Aún hay margen para que el proyecto evolucione de formas insospechadas, pero el núcleo duro, el alma de este proyecto reside en todo lo que acabáis de leer. Sospecho que no estoy solo en esta gesta nostálgica, y éste es el momento para que me lo demostréis.
El simple hecho de que hayáis llegado hasta estas líneas es un inmenso honor, que se convertirá en confianza en su éxito si os atrevéis a mostrar vuestro apoyo comentando un poquito más abajo. Yo sólo puedo demostraros mi cariño dos veces al mes de la única forma que conozco: Regalándoos otro GIF pixelado para vuestro entero disfrute.Capítulo anteriorAutomofilia FacebookAutomofilia TumblrAutomofilia Twitter