Vávra, el Gamergate y la ideología de los videojuegos

Daniel Vávra

Daniel Vávra, director del aclamado Kingdom Come: Deliverance, no asistirá al Gamelab, se ha ofendido porque alguien le llamó nazi y él no es un nazi. Parafraseando a Abe Simpson, Daniel Vávra puede ser un racista, un machista, un nazi…  ¡pero de actor porno no tiene nada!

Es cierto que el uso del término “nazi” es impreciso históricamente y que es de mal gusto, ya que al simplificar los términos acabas simplificando el discurso activista. Pero no es menos cierto que de las declaraciones de Daniel Vávra se desprenden comportamientos machistas, racistas y ultra nacionalistas, quizás no sea nazi, pero no veas lo que se parece a uno de ellos por sus declaraciones. Sus pensamientos no sólo se desprenden de su propio juego sino también de sus opiniones personales, especialmente por su implicación activa y nada disimulada en el Gamer Gate. Daniel Vávra se convirtió en uno de los adalides de este movimiento, con declaraciones bastante polémicas como las volcadas en una entrevista para Techraptor:

(Ellos) Nunca estarán contentos. Si no tienes un personaje gay en tu juego, eres homófobo, y si tienes un personaje gay, eres homofóbico, porque a ellos no les gusta el personaje. Si las mujeres en tu juego se ven bien, eres un sexista, si se ven mal, eres un sexista, si puedes luchar contra ellas, eres un misógino, si no puedes luchar con ellas; las estás utilizando como objetos, si no tienes mujeres, porque no hay manera correcta de utilizarlas, eres un misógino.

Gamergate fue un movimiento contra “la corrección política” y la manipulación en los medios de comunicación que resultó ser, como no podía ser menos partiendo de esas premisas, un movimiento de acoso y amenazas hacia cualquier intento de cambio en la industria. El Gamergate representó a un sector de la comunidad gamer muy reacio a cualquier evolución en los videojuegos y fue especialmente agresivo contra las mujeres jugadoras y profesionales, que fueron boicoteadas y amenazadas. Lo cierto es que aunque el movimiento apareció allá por 2014 y no se ha hablado mucho de él desde aquella época, hasta que ha resurgido con la polémica de Vávra, parece más que evidente que su espíritu continúa muy vivo cada día, no hay más que darse una vuelta por foros o redes sociales como twitter para escuchar opiniones bastante exaltadas apoyando el discurso Gamergate.

LA POSICIÓN DE LA PRENSA

Mientras en internet bulle el tema del Gamergate, su tratamiento por parte de los medios generalistas de la prensa de videojuegos española no ha hecho mucho por iluminar al gran público, quizás no tan propenso a estar al día de la industria salvo por su medio de confianza. Y así el círculo vicioso continúa: unos “gamers” que se sienten cómodos en su espacio cerrado y una prensa que les dora la píldora para tenerlos contentos.

Diego Freire (@Kyuni), colaborador de esta casa y parte del proyecto Twine Doctors ha creado una bibliografía en Google Drive con artículos relevantes sobre el Gamergate, como podemos ver apenas hay medios españoles y los que hay o son medios ajenos a la prensa del videojuego, como El Diario o El País, o son medios independientes, como Presura, Todas Gamers o Canino.

¿Por qué el posicionamiento amplio en los medios españoles de videojuegos generalistas sigue siendo la equidistancia con respecto al Gamergate? Parecen ignorar el problema para defender “lo nuestro”, los videojuegos. No hay un debate de tú a tú en los medios y por contra tenemos a unas redes sociales beligerantes y claramente posicionadas en espacios ideológicos enfrentados y bien diferenciados.

¿Por qué la posición dominante por parte de la prensa al tratar el tema de Vávra ha sido el apoyo hacia él? A veces incluso dando voz a los insultos contra las posiciones críticas.

Si el cómo se ha hablado del Gamergate y Vávra en los medios es sintomático, el diagnóstico está claro, la enfermedad aún persiste, especialmente en medios generalistas de videojuegos. Aún hay mucho tratamiento por delante para tener una industria sana y libre, que no fomente por inoperancia o complicidad posturas de odio que limitan, estas sí de verdad, la libertad creativa de los desarrolladores de videojuegos.

Veréis, como desarrollador de videojuegos me podría interesar lo que Daniel Vávra tuviera que decir en Gamelab, pero creo que los ideales de una personas están por encima de cualquier interés materialista. Existen muchísimos desarrolladores que no son racistas, que no son machistas y que no son ultra-nacionalistas y qué queréis que os diga, prefiero no tener que escuchar a alguien así. Puedo hablar con alguien que mantenga opiniones diferentes a las mías, lo hago a diario, pero no puedo soportar a alguien que con sus posturas fomenta el odio hacia otras personas. Que gente de los medios, que sé a ciencia cierta rechazan a título personal las posturas de odio, tengan tragaderas para pasar por el aro con tal de escuchar las opiniones de un gurú, es algo que no puedo llegar a entender. Con el que piensa diferente se puede debatir, con el que odia no hay debate posible.

Pero hay un asunto que me preocupa aún más que las tragaderas de algunos periodistas con Vávra. Los periodistas no dejan de ser parte de la comunidad de jugadores y por lo tanto es lógico que entre ellos haya reflejos de una comunidad aún muy infantilizada, a la que no le gusta que le toquen “lo suyo”, que reaccionan enseñando los dientes cuando alguien intenta ofrecer algún tipo de opinión crítica hacia los videojuegos o cambiar lo más mínimo conceptos previamente establecidos. En la prensa aún hay gente que fomenta el odio a sabiendas ¿tal vez con la participación cómplice de aquellos que se definen a sí mismo como defensores de causas sociales y que trabajan en los mismos medios?

LA IDEOLOGÍA DE LOS VIDEOJUEGOS

El debate o las opiniones diferentes no son negativas, pero cuando como en el tema de Vávra las opiniones siempre recaen hacia el mismo lado, el debate desaparece y nos enfrentamos a un monólogo. Vemos cómo incluso se llega a ignorar cualquier debate ideológico para volver a lo que supuestamente nos interesa a los gamers de pro: si un director importante como Daniel Vávra tiene algo interesante que contar sobre la industria ¿para qué nos vamos a plantear si es un racista o un machista de ultraderecha?

Tenemos una oportunidad de plantearnos un debate diferente y en vez de ello algunos periodistas quieren hablar de lo de siempre. Nadie les impide tratar a los videojuegos tan solo como algo lúdico, pero si existen otros planteamientos ¿por qué no hablar de ellos?

Todo este tema sirve como ejemplo de lo que en mi opinión es un problema más de fondo de la comunidad de jugadores, la falta de crítica ideológica hacia los videojuegos y sus creadores. En toda obra artística y creativa acaba trascendiendo en mayor o menor medida la ideología de su autor y los videojuegos no van a ser menos. Kingdom Come: Deliverance puso el tema sobre la mesa y ahora, con la cancelación de la asistencia de Daniel Vávra a Gamelab, la chispa ha vuelto a saltar, pero los medios no parecen haberse percatado, ignoran que existe la necesidad de escuchar una opinión crítica sobre la ideología de los videojuegos, algo más que pura servidumbre.

Si pretendemos que los videojuegos sean considerados un medio adulto, un arte al igual que la fotografía, el teatro o el cine, tenemos que empezar por tratarlos como algo más que un simple pasatiempo con ínfulas de alta cultura, nuestros Ciudadano Kane ya están ahí, tan solo hay que empezar a valorarlos como tal.[

Apenas existen medios que traten al videojuego desde puntos de vista diferentes al puramente jugable. Aún más extraño es ver artículos en prensa tratando al videojuego desde el punto de vista ideológico, tenemos que irnos a artículos de opinión esporádicos en diversos medios. No existen medios que traten la ideología como una constante. Hay excepciones en cuanto a temas concretos por supuesto, el feminismo nos enseña el camino, está a la orden del día y quien más y quien menos está empezando a tomar conciencia de los problemas del machismo. Hasta en la prensa de videojuegos más generalista existen autoras especializadas en escribir artículos desde una perspectiva feminista.

Pero antes de continuar vayamos a la base del tema ¿existe ideología en los videojuegos? La respuesta es obvia, claro que sí. Como en cualquier producto creativo en él se expresan los deseos, incertidumbres e ideas de su creador. Aunque un desarrollador piense que está haciendo una obra sólo para entretener, su idea de la vida, o simplemente su visión de lo que es divertido o entretenido, se verán reflejadas en su obra.

Por contra, aunque existan son las menos las obras claramente comprometidas ideológicamente. Aún así tenemos ejemplos míticos como Bioshock, claramente crítico con el los postulados anarcolibertarios de Ayn Rand, o This War Of Mine, un juego que muestra la verdadera cara de algo tantas veces representado en los videojuegos como la guerra. Además la presencia del feminismo combativo en los medios y en las redes ha sido claramente fundamental para que a la mujer se le de el lugar que merece en títulos como Life is Strange, Hellblade, Horizon Zero Dawn u Overwatch.

Sin duda el feminismo crítico con los videojuegos no sólo no ha limitado la creatividad de la industria, sino que le ha abierto un gigantesco campo de expresión creativa y de diseño de personajes que hasta ahora parecía bastante más limitado. Cualquier amante de los videojuegos quiere buenas historias y personajes bien construidos. No sé si alguien añorará de verdad la época en la que las historias trataban sólo sobre héroes y princesas, pero creo que una gran mayoría del público disfruta de la amplitud que ofrece el panorama del videojuego actual y en parte es posible gracias a ese periodismo crítico que lucha contra los valores preestablecidos de la industria.

Como desarrollador de videojuegos que soy no entiendo mi labor en la creación de videojuegos si no es para aportar algo nuevo y como tal me gustaría obtener un mayor feedback por parte de unos medios que aún anda algo anticuados en cuanto a los temas que tratan. Pese a ello no todo es malo y que existan medios como Nivel Oculto, que ofrecen una tribuna abierta para artículos críticos como este lo demuestran.

Aunque con el asunto del Gamergate y Vávra los «grandes» hayan dado algo de pena no es menos cierto que ofrecen de vez en cuando buenos soplos de aire fresco en forma de artículos con firma personal, combativos y audaces ¡A veces hasta recuerdan a aquel viejo periodismo de raza! Y eso no es algo que se pueda decir fácilmente en la era de internet, donde lo que vende es el clickbait y la noticia rápida, redactada deprisa y corriendo para llegar los primeros.

Volviendo al tema, el que no existan más juegos críticos con el sistema e implicados ideológicamente tiene mucho que ver con el propio sistema social e ideológico occidental. El videojuego es una industria cultural, pero sobre todo es una industria y por lo tanto tiende a seguir los patrones del mundo capitalista en el que vive. Claro que existe compromiso ideológico, pero principalmente como contaminación del sistema en sí, por lo tanto la mayoría de juegos son, seguramente de manera inconsciente, cómplices de la ideología neoliberal y extremadamente capitalista de nuestro sistema actual.

Un buen ejemplo de esta contaminación ideológica pueden ser casi todos los juegos de Ubisoft, desde la saga Tom Clancy, claramente militarista e intervencionista, pasando por Assassin’s Creed o Watch Dogs, que sí, ofrecen una visión libertaria contra un sistema opresor, pero siempre dentro de unos límites que encajan a la perfección con el American way of Life y cuya única respuesta ante el conflicto siempre es la violencia descarnada.

Como ya comenté en un hilo que escribí en twitter, hay interés en el público por descubrir, explorar y debatir sobre la posición ideológica de los videojuegos, al igual que entonces fue una polémica surgida en torno a Kingdom Come: Deliverance el origen de mi reflexión.

Por lo tanto desde aquí abogo por abrir el debate ideológico en torno a los videojuegos en su espectro más amplio, quién sabe, quizás en el futuro podamos ver un medio en el que se trate al videojuego desde el aspecto ideológico del mismo. Ese momento puede estar más o menos lejos, pero quizás podamos empezar por abrir el debate en los comentarios, siempre que sean con respeto todas las opiniones, del tipo que sea, serán bienvenidas. Al final a todos nos interesa lo mismo, ver a esta industria de los videojuegos que tanto amamos lo mejor posible.

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