¿Recuerdan cuando en El Club de la Lucha el protagonista explicaba lo que se siente cuando padeces insomnio crónico? Pues algo muy parecido nos ocurre a aquellos que estamos mirando todo el día jueguicos. La “fotocopia de una fotocopia” es nuestro día a día. Vemos referencias constantes, mecánicas recicladas, escenarios malcopiados, y propuestas que nada o muy poco se alejan de lo que pudimos ver o publicar el día anterior. Sin embargo, muy de vez en cuando, se produce la chispa. Una epifanía que te vuelve del revés y te reconcilia con un medio que no lo pone nada fácil y que como podrán intuir, hoy me ha pasado con Transmission.
Nada de la trama de Transmission pasará a la historia por su originalidad. Nos despertamos en en un misterioso planeta desierto sin ningún recuerdo de lo ocurrido con anterioridad (¿les suena?). Al comenzar a explorar descubrimos extraño objeto de obsidiana que emite un inquietante sonido. Qué hace este objeto y quién lo creó es un misterio, pero un nuevo descubrimiento nos sumergirá en un mundo perdido que nos permitirá desentrañar el pasado olvidado de este planeta, y en última instancia juntarlo con el nuestro.
Hasta aquí nada que les haya hecho levantar la ceja. Pasemos al tráiler.Es normal que los desarrolladores acudan a diferentes juegos para definir su inspiración. En este caso algunos de los nombrados son Ico, The Dig o System Shock. Sin embargo no es tan habitual que se utilicen otros medios como referencia directa, pero desde Paper Unicorn (que ya es en sí una referencia) apuntan a 2001: Una Odisea en el Espacio, Alien, Solaris o Gattaca como algunas de sus películas inspiracionales. Y se nota. Se nota en una dirección artística que tan bella como melancólica. Se nota con algunos planos directamente calcados de los originales (ese pasillo de 2001 o ese astronauta mirando al mar infinito), y por supuesto se nota con una banda sonora compuesta para la ocasión por Jeremiah Pena que no me resisto a insertar para que la disfruten como merece.