Da igual cuántas excusas mentales nos pongamos para justificar nuestras compras. Todos sabemos que hay unas cuantas empresas que son EL MAL personificado, de esas que si las viésemos en una película estaríamos deseando que el héroe de turno acabase con ellas y liberara al mundo de su tiranía. Un servidor no escapa de esta dicotomía. Quizás no haya pedido un servicio de comida a domicilio en mi vida, pero siguen llegando paquetes de cartón marrón a casa y estudio prácticamente todas las semanas. En cualquier caso no estamos aquí hoy para hablar de las contradicciones de la vida moderna, sino de The Last Worker, un interesantísimo proyecto que nos lleva a un futuro no tan lejano en el que la precariedad laboral sigue siendo lo normal.
En The Last Worker encarnamos el papel de un trabajador en Jungle, un lugar que guarda demasiadas similitudes con Amazon, aunque también algunas diferencias. Para empezar el almacén tiene el tamaño de Manhattan y se encuentra un 99% automatizado, siendo nosotros ese 1% humano necesario para que aquello salga adelante. Nuestra misión consiste, como no podía ser de otra manera, en realizar el trabajo más alienante posible recogiendo paquetes y todo tipo de tareas similares, sin embargo, todo cambiará cuando encontremos un pequeño hueco en el sistema que nos llevará a una aventura completamente inesperada.
Desarrollado por Oiffy y Wolf & Wood Interactive, The Last Worker cuenta con la escritura de Jörg Tittel (The White King, Ricky Rouse Has a Gun) y el arte 3D pintado a mano, basado en el arte conceptual de la leyenda del cómic Mick McMahon (El juez Dredd, 2000 AD). Su apuesta, claramente cinematográfica, le ha permitido participar en La Biennale di Venezia, dentro de la sección Venice VR Expanded de 2021.
En cuanto al juego en sí, lo que he podido ver en los diferentes vídeos con gameplay que circulan por ahí, muestra una clara inspiración en Portal 2 en cuanto a sensaciones. La presencia constante de un robot ayudante magníficamente interpretado y el constante presentimiento de que lo realmente importante del juego se encuentra detrás de las paredes, recuerda poderosamente el clásico de Valve. Las mecánicas en sí poco tienen que ver con portales y se centran o bien en la repetición de elementos o en la resolución de puzles basados en piezas o manipulación de estructuras mecánicas.
The Last Worker tiene esa pinta de experiencia imprescindible en VR que en mayor o menor medida acabará adaptándose a todo tipo de formatos. Su salida está prevista para algún momento de este mismo año, así que parece que no tendremos que esperar demasiado para saber que se esconde tras las paredes de los almacenes de Amazon Jungle.