Esta mañana he desayunado un vaso de agua y luego, como de costumbre, me he puesto a buscar un juego al que no haya jugado, cuanto más open source e indie mejor, me hace sentir mejor persona y me llena por dentro. Por desgracia, y como me sucede el 60% de las veces que confío en “IndieGames.com”, me he encontrado con una especie de aborto de clon llamado The Corridor, un quiero y no puedo de los que asustan.
La primera impresión ya ha sido extraña, la interfaz está completamente en ruso, pero en cuanto empiezas ves una narrativa en inglés digna de Cambridge que confunde bastante al jugador, pero no lo suficiente para que no sigas adentrándote en The Corridor. Una vez sales de tu acogedora habitación, tu radiómetro se dispara, pero no es algo que preocupe, estamos en Rusia, te adaptas a ese horrible sonido y continuas avanzando por los pasillos kilométricos anidados en su final a una pequeñísima habitación que da a otro pasillo y así constantemente, no soy arquitecto y no soy nadie para juzgar, pero que diablos, construir un hotel así es la puta ruina.
Sigues avanzando por esos pasillos y empiezas a entrar en ambiente, el espectáculo esta preparado para asustar a cualquier corazón comunista, manchas de sangre colocadas estratégicamente, cuadros con imágenes de satán sacadas de google imágenes, fantasmas, esqueletos sangrando y lo mas importante, un .midi de lo que parecen niños riendo que se repite constantemente. Es una pena, pero a medida que avanzas por todos estos tópicos, te vas dando cuenta de que la aventura se acaba, caes por un hueco y te despiertas en tu cama en plan Antonio Resines, “debe de haber sido un sueño”, te dispones a salir de la habitación para seguir con tu vida y aparece una sala con un fantasma y un pentagrama grabado en el suelo, “continuará”, se acaba y el artista ruso te desafía, ¿U JELLY?
Mi consejo del día es que te fíes te todas las webs vanguardistas si te dicen que el juego es bueno, si no te gusta es que no has comprendido el mensaje, que es lo que te pasara con The Corridor, un juego incomprendido donde los haya.