Bajo la mirada escéptica de Miyamoto, un mundo renderizado digitalmente se hacía hueco poco a poco, dando patadas exclusivas en la boca de la Mega Drive con la enorme bota de Rare, bajo el poder de la gran N, durante la época dorada de las consolas.
Se dice que el ajedrez fue inventado por el maestro de un príncipe ruso para enseñarle que un rey no es nada sin sus vasallos. No sé si esta historia es cierta o no, pero desde luego tengo claro que a más de una gran editora de la industria no le vendrían mal unas cuantas partidas sin peones, torres, caballos, alfiles ni reina.