Hace escasos días les hablaba de Pan-Pan y de cómo puede contarse de muchas formas distintas la misma historia. Un planeta desconocido, un náufrago espacial y el deseo de volver a casa. Con variar un poquito la mecánica puede uno centrarse en la parte que prefiera: la relación del astronauta consigo mismo, la contemplación de la belleza de lo desconocido a escasas horas de morir, la exploración pura y dura y el afán de descubrimiento… Pues casi como si me hubiera leído, aquí está Starfallen para contarme su papel a desempeñar en la orfandad espacial.
En Starfallen somos, de nuevo, un vagabundo de las estrellas. Encarnamos a un ingeniero cuya nave se ha chocado en un planeta ignoto, que ahora debe hacer lo que sea por sobrevivir. Con el añadido de que sus habitantes lo han tomado como uno de sus dioses, que ha llegado desde los cielos. Aunque no tengo claro si eso es bueno o malo, la verdad. El nuevo mundo es hostil al ingeniero y ha de hacer lo que sea con tal de volver a casa; explorando ruinas antiguas y desvelando secretos que le pongan más cerca del hogar.Viéndolo, el proyecto de What Games parece casi el hijo pixelado y futurista de Don’t Starve. Por un lado sus combates se acercan más al action-RPG, pero por el otro, tendremos que conseguir materiales y recetas (que nos darán los alienígenas) e irnos fabricando los objetos que necesitamos para estar en ventaja frente a todo lo que el planeta nos lance.
Starfallen avanza con paciencia y aún no tiene fecha de salida, pero no se me depriman, en cuanto la tenga la hallarán en el calendario indie.Página Oficial