Últimamente han estado apareciendo varios títulos muy peculiares que hacen de la conducción su núcleo, pero no su razón de ser. Videojuegos en los que conducir es más un contexto que lo verdaderamente importante. El primero que me viene a la mente es el fascinante Three Fourths Home, esa cosa brutal llamada Glitchhikers y un Dead End Road por el que apostamos fuerte para este año. Tres juegos de conducción, tres, donde lo menos importante es el coche.
Esa misma estela sigue Rides with Strangers, de Reflect Studios. Un videojuego en el que el coche hace de escenario para una historia de terror (como en Dead End Road) y donde ni siquiera seremos nosotros los que conduzcamos. No, aquí somos una autoestopista, Elora, que ha conseguido el trabajo de sus sueños. Pero claro, hay un sacrificio: llegar para el día siguiente por la mañana a la oficina, que está en la otra punta del estado. Así que toca lanzarse a mitad de la noche fría y correr el riesgo de encontrarse con cualquier desalmado en pos del que debe ser ahora mismo el mayor tesoro que puede encontrar un joven que acaba de terminar la universidad: un puto trabajo.Aparte de lo triste (y generacional) que es que alguien se exponga al peligro por un trabajo, llama mucho la atención cómo han querido traficar con la indefensión del jugador: tiene que subirse a esos coches, no le queda otra, y sus interacciones se van a limitar a pedirle al conductor que acelere (o frene), conversar con él y no perderle de vista para que no nos haga nada raro.
Todo en medio de una noche fría y tensa, con un elenco de conductores que a cada cual parecen más zumbados y peligrosos (quizá ahí podían haber apostado por colar a gente que pareciera más inofensiva).
Rides with Strangers está batiéndose el cobre en Kickstarter y me da la sensación de que no van a lograrlo, y eso que su demo lo está petando en Youtube. A ver si lo consiguen, que la idea merece la pena.Kickstarter
