Si luego de haber leído el primer post de esta ya veterana colección (?) pensaban que iban a tener algunas semanas de paz leyendo artículos bien armados (necesariamente escritos por los principales redactores de la web) que fueran informativos y realmente transmitieran algo, debo decirles que se equivocaron. Y se equivocaron doblemente por ingresar a leer la noticia completa. Claro que el error es uno sólo si no leyeron el primer artículo y cayeron aquí de casualidad.
¿Qué es esto para lo que hago un preludio tan carente de sentido como falto de contenido? Es, señoras y señores, damas y caballeros, Player 1 y Player 2…
La… La increible… La inesperada… La indeseable continuación de:
LA LISTA MÁXIMA
de juegos viejísimos y de pobre calidad clásicos que pueden, todavía, ser disfrutados…
Pero hoy me dedicaré específicamente a un grupo de videojuegos pocas veces abordado, ciertamente marginados y con motivo. Videojuegos que se han convertido en clásicos llamativos por ser… Digámoslo claro: Por ser, sencillamente, bizarros. Ya sean bizarros por su historia, bizarros por sus personajes, o bizarros por bizarros, hoy se reúnen aquí en un grupo de pesadilla.
Comencemos ahora “bizarramente” este post bizarro de juegos bizarros redactado de una manera igualmente bizarra por un autor suficientemente bizarro como para hacerlo (de manera bizarra).
Toejam & Earl (Mega Drive/Genesis)
Es tan posible que hayan jugado o escuchado alguna vez de este juego como que sea la primera (y probablemente la última) vez que oyen de el. Si hay una palabra que debería ir añadida al título, ésta es sin dudas “BIZARRO”. ¿Por qué?
Me he encontrado ante tantas dudas al intentar definir el género del juego que debí recurrir con vergüenza y cabizbajo a la suprema sabiduría virtual de Wikipedia. Según este indubitable maestro universal, el título se nos presenta como un juego de acción. No sé cómo explicarles todos los motivos por los que no incluiría a este título en ese género; pero, como justamente no cómo explicarlo, no discutiré con el sabio maestro (AVE, WIKIPEDIA).
Desde el inicio, nos encontramos con un escenario con colores dolorosamente contrastantes y unos gráficos muy al estilo cómic, y un mundo que vemos desde una perspectiva no muy usada en juegos del género (que era… ¿cuál?). En pocas palabras, vemos desde una cámara “en el cielo”, apuntada hacia abajo, donde vemos, entre otras cosas, el suelo (sí), y también a el/los personajes. La historia es sencilla: Los protagonistas son dos alienígenas que se estrellaron accidentalmente en la Tierra, y la misión del juego es recuperar todas las piezas de su nave para poder así regresar a su planeta. Hasta aquí, una historia algo tonta, pero no tan rara. Lo verdaderamente visarrrrro comienza cuando nos damos cuenta que los dos personajes principales son alienígenas raperos, que provienen de un planeta con el bizarro nombre de “Funkotron”. Con estos dos particulares personajes iremos recorriendo un mundo plagado de repulsivos y agresivos humanos (malditos bastardos, esos humanos) en busca de las piezas de la nave, a lo largo de unos cuantos mapas generados al azar al inicio de cada juego.
Con una trama tan pero tan extraña y un género tan indefinido, el juego podía ser un muy buen juego, o una basura total meritoria de arder en las llamas eternas. Y, sin miedo, digo que éste se gana el título de buen juego.
Lo bueno:
-Sentido del humor “de otro planeta” (sepan disculparme, pero no podía contenerme de hacer esa mala broma), trama exageradamente sencilla, personajes originales, sistema de juego innovador, y muchos colores brillantes. Lo mejor es jugarlo entre dos jugadores.
Lo malo:
-Así como podría haber incluido la dificultad del juego en lo bueno, por ser desafiante, lo incluiré como punto malo, porque lo que en un momento puede ser desafiante, en otro pasa a ser frustrantemente dificultoso.
Dato curioso: La secuela de este juego, Toejam & Earl in Panic on Funkotron (bizarro hasta en el nombre, señora), sigue cronológicamente a la trama del primer título, pero ahora nos ubicamos en el planeta de los alienígenas, y el juego se convierte en un side-scroller tan o más extraño que el anterior; el planeta es inesperadamente invadido por una plaga de humanos turistas (?), que venceremos solamente arrojándoles frascos (sí, los de los pepinillos) donde los encerraremos y luego atraparemos. Por favor, ¿qué otro juego es capaz de traerles tanta acción sin armas de fuego?
Zombies Ate My Neighbors (Mega Drive/Genesis – SNES)
Este juego es indudablemente más recordado que el anterior título, pero tampoco podemos decir que haya vendido las copias que vendió el erizo azul. Nos encontramos ahora ante un título que es bizarro y con orgullo de serlo. Un juego con una perspectiva “desde el cielo hacia el suelo” (se ve que este tipo de cámara era un código común entre los juegos visarros), de acción pura y dura y que no satura (?). Los protagonistas, dos adolescentes de ambos sexos (es decir, uno de cada uno, para las mentes turbias) que se encuentran con que todo el mundo que los rodea se ha visto arrasado por una plaga de zombies y otros monstruos terroríficos que han matado a casi todos (detalle a destacar: el protagonista masculino usa anteojos 3D, de esos rojos y azules; en el símbolismo de los templarios, esto significaba SER BIZARRO). El objetivo: Sobrevivir a esta plaga mientras rescatamos a los pocos sobrevivientes que quedan por ahí (presuntamente nuestros vecinos, según se traduce del título), eliminando por el camino muchos zombies y otros bichejos, y armados con equipamiento fuera de lo común (desde matafuegos hasta latas de alguna bebida símil-cola que explotan como granadas). Si esto no es suficientemente bizarro para ustedes, ejemplares de circo, quizás les alcance con saber que los supervivientes a los que debemos salvar se encuentran más que despreocupados, haciendo cosas como tomar fotos cual turista, saltando en un trampolín, o flotando en una pileta bebiendo cerveza (sin dudas el más sabio de todos). El juego se vuelve bastante desafiante a medida que avanzamos por los varios mapas diferentemente ambientados, y es especialmente divertido para jugar con un amigo (vamos, todos lo son).
Lo bueno:
-Mucho humor gráfico, una jugabilidad original, y muchos, muchos zombies para matar.
Lo malo:
-Nunca se desarrolló el modo online prometido (?). No, ahora en serio, lo único malo que se me ocurre señalarle a este juego es que, con el pasar de las horas, puede volverse repetitivo (considerando que son más de 50 niveles los que lo componen).
Dato curioso: En Australia y en parte de Europa, el nombre original fue parcialmente censurado y dejado sólo en “Zombies”; es evidente que, en los países afectados, el tema de canibalismo de vecinos es un asunto muy delicado.