Race the Sun es uno de esos videojuegos sobre los que se disfruta tanto o más escribiendo que jugando. Una batalla perdida contra el sol, una lucha inútil por avanzar un sólo trecho más mientras la luz se extingue… Pura poesía en forma de endless runner traicionero y cabronazo, trufada de minimalismo y frases que nos invitan a reflexionar sobre nuestro propio yo. ¿Cómo no enamorarse de un juego así e incluirlo entre nuestros “1001 videojuegos que debes jugar“?
Ahora, tras su llegada a PS4 y la inclusión de un “modo laberinto” para darle algo más de vida al título, parece que desde FlippFly han decidido enmendarse a sí mismos y darle una vuelta de tuerca al diseño de su juego. Así nace el DLC llamado Sunrise (1,99€ en Steam), una suerte de “modo zen” en la que el objetivo cambia radicalmente. Ahora no hay sol en el horizonte y el escenario es mucho más sencillo, porque sus creadores quieren que nos concentremos en la propia experiencia de pilotar nuestra nave, absorbidos por el trayecto inacabable, la luna creciente y los palacios flotantes del escenario. Se suma una música bella y relajante creada para la ocasión, y ay, qué experiencia tan bonita es jugarlo así.Eliminados los marcadores para compararse con otros, destruido ese sol del que dependíamos para avanzar, sólo queda el reino de la sensación. Race the Sun así se convierte en un título sin conflicto, la prueba viviente de que un videojuego no lo necesita para proporcionar una experiencia disfrutable al jugador.
¿Estoy pecando de fanático del juego? Probablemente, pero yo no me perdería este cambio por semejante ridiculez de dinero.Sunrise