COLABORA EN NUESTRO PATREON

Primeras impresiones: Final Fantasy XV Episode Duscae

final-fantasy-xv-episode-duscae-01

Si hay algo que a la más que conocida por todos Square Enix siempre se le ha dado bien es vendernos juegos no tan esperados camuflándolos bajo la sombra de demos de su saga más emblemática y de la cual voy a hablaros en este primeras impresiones. Ya lo hicieron con la demo de Final Fantasy VIII, con la de Final Fantasy IX y con la demo del Final Fantasy XII, si no me he dejado otra atrás. Y es que bastante ha llovido desde que se anunciase el lanzamiento del spin-off exclusivo para PlayStation 3 al que bautizaron con el nombre de Final Fantasy Versus XIII, allá cuando yo todavía tenía pelo (risas enlatadas). Ha hecho falta un cambio de generación y un cambio de título, amén de unos cuantos años, para que lleguemos al punto donde nos encontramos hoy. Y es que este viernes saldría a la venta Final Fantasy Type-0 HD, una remasterización de esas que tanto abundan hoy en día. Si bien no voy a entrar en el debate de si realmente le hacía falta, aunque realmente piense que sí que fuera así, lo que no me podrá negar nadie es que todo el misticismo de la salida de este título tenía como epicentro la demo del que ahora ya tiene nombre definitivo: Final Fantasy XV. En una de las tantas jugadas, digamos maestras, de la que en nuestra adolescencia muchos adoramos bajo el nombre de Squaresoft, han vuelto a convencer al público para que se gasten sus giles para poder catar este Episode Duscae, título que le han dado a la demo en cuestión.


No lo voy a negar, yo también he sido -tard de Final Fantasy y puede que en el fondo de mi alma lo siga siendo. Si no, no habría salido este viernes corriendo a la tienda de turno a hacerme con una copia del disco en cuestión por un miserable código de doce dígitos para canjear en la PlayStation Store. Disco que sigue en la estantería y que, dada la cola de juegos pendientes que tengo a mi espalda, posiblemente mantenga ese estatus hasta dentro de una buena temporada. Y es que Final Fantasy XV llamó poderosamente mi atención. Y no por sus personajes estereotipados hasta decir basta, ni tampoco por su colosal salto gráfico, ni mucho menos por ser el siguiente título de la saga, sobre todo después de habernos hecho pasar por la trilogía más coñazo del mundo del videojuego (Final Fantasy XIII), sino por su semejanza, salvando las distancias, con mi número favorito de la saga: Final Fantasy XII. Me parecía que el salto del J-RPG por turnos puro y duro que tuvo Final Fantasy X (recordemos que el XI fue el Online) al pseudo A-RPG del XII era el paso lógico que necesitaba la saga para salir de la monotonía. No obstante, el juego no cuajó como debió y se volvió a dar el paso atrás con la mencionada trilogía que no hacía prácticamente ningún esfuerzo por renovarse y encima volvería a cometer el error de sacar una continuación no con una, sino con dos partes, por si fuera poco, y es que había que amortizar el pastizal que había costado la primera.

Tras las cuatro horitas que le he dedicado a la demo me parecía sensato escribir un artículo con mis primeras impresiones aquí, en mi casa, pese a que la temática general sea otra. Y bueno, debo decir que pese a que todavía me rechinan bastante los dientes, las sensaciones generales han sido bastante positivas porque me parece que la nueva entrega de la saga está cargada de buenas intenciones. Una de las cosas que más me llamaba la atención de la demo era comprobar qué habían hecho con el sistema de combate, porque pese a haber visto unos cuantos vídeos, no terminaba de tener claro de qué iba el asunto.

Y es que aunque sigo siendo comprador activo de J-RPG, debo reconocer que estoy hasta la coronilla de pasar horas y horas farmeando enemigos para subir de nivel. Porque la cantidad malsana de horas que hay que dedicarle a un juego de estas características ya no van de la mano con el tiempo libre del que dispongo y los años a mi espalda ya empiezan a pesar. Todavía me despierto sudando en mitad de la noche cada vez que recuerdo que no hace mucho le dediqué unas cien horas a sacarme el platino del maravilloso Ni no Kuni: La ira de la Bruja Blanca.

Volviendo a la demo en cuestión, los chicos de Square Enix han optado por un sistema de combate abierto sin turnos, muy en la línea de lo que se podía ver en el XII aunque como bien he dicho salvando las distancias. El resultado es un poco confuso: me he visto en demasiadas ocasiones tirando golpes al aire al intentar impactar a bestias que corrían de un lado para otro tratando de alimentarse de la carne del grupo de emos que compone la banda de personajes protagonistas. No obstante, la decisión de optar por un esquema basado en si decidimos pasar a la ofensiva o a la defensiva me parece bastante acertada, porque al margen de los números, que siempre estarán presentes, da más realismo y una mayor estabilidad si hablamos del balance entre estrategia y azar. Si optamos por defendernos, gastaremos PM y esquivaremos las embestidas del enemigo. Si optamos por pasar al ataque, nos tragaremos prácticamente todas las hostias que nos quiera dar el malo de turno. Sin embargo, los PM se recuperan automáticamente lentamente con el tiempo o, cosa que todavía no acabo de comprender del todo bien, a mayor velocidad si nos colgamos de postes de electricidad. Y es que el protagonista tiene poderes especiales de los cuales no se habla demasiado en la demo. Obviamente, de no tenerlos seguramente esto no se llamaría Final Fantasy.

Otra de las novedades del sistema de combate es la posibilidad de poder contraatacar golpes del enemigo siguiendo una QTE en el momento justo que se nos indica en pantalla. La segunda parte de esta novedad es que si nos cuadra tener cerca a otro miembro de la banda, el contraataque será en compañía y más espectacular. Cuando nuestra vida baja a cero tenemos un tiempo para poder tomar pociones. Durante ese tiempo veremos bajar la barra de vida en color rojo. Si recibimos un golpe del enemigo en este momento, aunque tomemos pociones, no volveremos al 100% de la vida, sino hasta donde marque la barra. Aquí es donde se presenta otra novedad importante y es que esta barra solamente podremos recuperarla pasando la noche en un campamento o zona segura. En esas zonas seguras será también donde subamos de nivel toda la experiencia que acumulemos en los combates entre siesta y siesta. Durante mi partida he tenido que ajustar la sensibilidad de cámara y ponerla al tope, porque con el nivel 3 (de 5) me resultaba imposible combatir contra enemigos rápidos sin morirme del asco con los lentos giros del pad derecho.

Durante la demo nos encontramos en Duscae, una de las zonas del juego. Se nos ha roto el coche y nuestro objetivo es cazar a un bégimo tuerto y con un solo cuerno llamado Begíclope (risas enlatadas) que tiene aterrorizados a los habitantes locales para cobrar la recompensa y poder pagar la reparación. Dividida en un puñado de side quests, tendremos que patearnos de arriba a abajo las bellísimas praderas de Duscae y es que el apartado gráfico es colosal. Un escenario gigantesco cuidado hasta el más mínimo detalle, muy en la línea de las tendencias de los RPG de hoy en día (Witcher 3, Xenoblade Chronicles X), poblado por la fauna local pacífica y/o agresiva según por dónde nos movamos. Es una lástima que en la demo hayan optado por no dejar que nos acerquemos a los enemigos gigantes de la zona central del mapa. Me habría encantado ver cómo hacían añicos al grupito de emos.

Y es que aquí es donde aparecen las dos partes que menos me han gustado de la demo. La primera es la cansina manía de los japoneses de estereotipar a sus personajes hasta niveles que pasan muy de largo el límite del realismo. El protagonista introvertido, acompañado de la rubia locaza con voz de pito (lo he jugado con las voces en japonés, como manda la tradición), el guaperas con gafas, frío y calculador, y el musculitos con tatuajes tribales y más bien poco cerebro. Todos y cada uno de ellos espléndidos e inmaculados como recién salidos de un anuncio de L’Oreal. Entiendo que en Japón sigue siendo lo que busca su público, pero tratándose de una saga que vende lo que vende fuera de casa más bien podrían sacar las cabezas del culo y optar por unos personajes bien definidos y realistas. Pero a esto le podríamos dedicar un artículo entero y no es plan. Dejémoslo en un “qué le vamos a hacer”.

El segundo apartado que no me ha gustado es, precisamente, lo que pone nombre a la demo: Duscae. Mucho terreno pateado con demasiadas side-quests que se limitan en ir de punto a punto y tiro porque me toca. El 50% de la demo me lo he pasado caminando. Encima, acabada la demo te montas en el coche y, visto lo visto en los vídeos promocionales, no parece que la cosa vaya a cambiar: mucho tiempo desperdiciado moviéndote de un lado a otro. Esta estrategia podrá funcionar o más bien tener sentido en un juego de rol de suscripción mensual (World of Warcraft, ejem, ejem) pero aquí se me antoja tediosa y, repito, cada vez me pesan más las canas para pasar horas y horas explorando, farmeando y demás tonterías. Parece que haya que rellenar horas de cualquier forma, cuando bien sabemos que en los buenos juegos esto no es necesario en absoluto. Pero es que este punto en contra, además, me deja un mal sabor de boca porque Duscae es verdaderamente grande (tanto que hasta he notado que a la consola muchas veces le costaba moverlo todo). En sus años locos esta zona habría dado hasta para un sandbox entero. Y es entonces cuando me viene a la mente la siguiente duda: ¿qué volumen de tierra seremos capaces de ver en el juego completo? ¿Se limitará a varios terrenos tan grandes como este y luego querrán mandarnos de un punto a otro indefinidamente hasta que pase X acontecimiento, los enemigos suban de nivel mágicamente, y vuelta a empezar?

En cualquier caso, sigo teniendo ganas de probar el resultado final y espero que sepan aprovechar el feedback que les puede dar la comunidad de la demo sin tener que retrasar otra vez su lanzamiento. Como bien dije, y aun sabiendo que seguramente no me quedaré del todo satisfecho, Final Fantasy XV Episode Duscae está cargado de buenas intenciones y de ganas de volver a llevar un pasito adelante a la saga emblemática de la compañía nipona. Obviando el hecho de que, para mí, su mayor handicap es lo que la sociedad japonesa posiblemente piense que sea su mayor punto fuerte, y me refiero a los estereotipos de su cultura, se podría convertir en un título muy disfrutable: esperemos que así sea. Seguro que el creador se echaría unas buenas risas si, cuando lo apostase todo por esta Fantasía Final, le dijesen que iba a acumular más de una veintena de títulos a su espalda.

  1. Habrá que ver como evoluciona este FF, pero por lo que comentas, la demo es bastante insulsa. Creo que si quieres Final Fantasy, va a ser mejor jugar al Type-0 a ver si es un soplo de aire nuevo o un saca cuartos más de esta franquicia.

    Por mi parte, sí acabé contento con la saga del FFXIII, aunque su historia sea un desproposito y después de tres juegos aún no tengo ni idea de que van, pero al menos, me divertí con ellos.

    Supongo que el hype acabará destryéndo al XV como a casi todos los FF de estos últimos años y, diremos de nuevo, que esta saga esta muerta. El ciclo vicioso de esperanza-hype-desilusión con un nuevo FF empieza otra vez.

    1. A mí cada Final Fantasy (y mira que he sido FAN de la puta saga) me da más miedo que el anterior, creo que el último que disfruté de verdad fue el XII. Nada de lo que veo en éste me atrae (quizás lo que dices del combate), y es que el rollo andrógino coñazo cansa un poco ya. Al menos si variaran algo y tirasen por algo tipo FFIX para hacer barbecho de emos…

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *