Primeras Impresiones: else Heart.break ()

Primeras Impresiones: else Heart.break () 2

else Heart.break()Primeras ImpresionesVine a else Heart.break() por este artículo de mi compañero Juanma. En él se me prometía encontrar un sandbox colorido, lleno de bonitos y brillantes polígonos y donde la violencia no tenía lugar. ¡Un sandbox sin violencia! Un point & click como disfraz, para llegar hasta un mundo en el que el código es la unidad básica de la materia, y no el átomo.

Con eso en la cabeza me abalancé sobre Dorisburg, y aunque aún me queda mucho por conocer de la ciudad, tenía que contarles algo ya.

El punto de partida de else Heart.break() es bastante rocambolesco, por no decir que es un poco tonto. Nuestro protagonista es Sebastian (Seb para los amigos), un chaval joven de edad indeterminada que se encuentra luchando contra una realidad de lo más (jodidamente) normal: el paro. Es en esa primera escena con sus padres, sentado a la mesa, cuando le llega la llamada que le cambiará para siempre la vida:

Un trabajo como “representante de una compañía de refrescos” en Dorisburg, una ciudad que no conoce.

Abordamos el barco que nos llevará a la nueva ciudad con ilusión y una única instrucción: al llegar tendremos que hospedarnos en un hotel llamado Devotchka. Porque en el puerto no hay nadie para recibirnos, sólo gaviotas y borrachos.

A partir de ahí descubrimos la auténtica esencia de else Heart.break(). Es un sandbox hasta las últimas consecuencias, de esos que no te obligan a seguir la trama ni te exigen que hagas nada que no quieras hacer. Podemos esa misma noche perdernos por la ciudad, vagabundear sin objetivo, y el único castigo será nuestra propia sensación de estar perdidos.About a girlTanta libertad es algo perjudicial al principio. O más bien, puede inquietar a determinados jugadores, más acostumbrados a ir de la mano. Para quien disfrute explorando o simplemente sintiendo lo que el juego nos quiere transmitir (al fin y al cabo somos extraños en tierra extraña), la cosa va a empezar bien.

Pero pongamos que nos da por seguir la trama, al menos en sus primeros compases. Que vamos al hotel, presenciamos las primeras rarezas que tiene Dorisburg que mostrarnos y salimos en busca y captura de nuestro empleador. Pasada la primera hora y media por fin conseguiremos nuestro trabajo: vendedor de refrescos. Pero esto sigue siendo una excusa para que avancemos un poquito más y lleguemos hasta el momento definitorio de else Heart.break().

Un enamoramiento forzado, un capricho. Probablemente el peor momento del guión por la sensación de que todo está dispuesto para que pase, pero también la puerta a lo más interesante del juego.
Aunque también es verdad que puede llegarse a rascar y revelar los secretos de Dorisburg por otros caminos, si seguimos el que el juego nos marca, acabaremos aprendiendo a hackear para (en la cabeza del protagonista) “impresionar” a la chica.

¿Hackear el qué? Todo lo que se nos ocurra. Poco después del enamoramiento (o antes, si vamos por otro trayecto) acabará en nuestras manos una tableta de programación, y empezará de verdad else Heart.Break().Tocará hacer el tonto por “amor”, algo que imagino que a todos les resulta familiar. La ciudad y sus objetos se convierten en nuestro lienzo, pero también han sido durante mucho tiempo la caja de arena de otros, que quizá no quieran compartir ese inmenso poder.

Para la ocasión, Erik Svedäng, su creador, se ha inventado el SPRAK, el idioma de programación del juego. Es sencillo de aprender, aunque para los menos familiriazados con los lenguajes informáticos costará arrancar. Me incluyo ahí.

Con él podremos hacer lo que nos dé la gana. ¿Una soda que al beberla haga que el tiempo pase más rápido? Vale. ¿Cambiar el lugar hacia el que lleva una puerta? También. ¿Un dulce de canela que hace que no tengamos que dormir? ¿Por qué no? El único límite será la imaginación del jugador y los comandos que maneje, que habrá que ir descubriendo examinando cada cosa con la que topemos en Dorisburg y hallando discos con datos.
Un idioma para una ciudadSu ciudad se siente realmente viva, con unos horarios que todo el mundo sigue, con unos habitantes que la recorren haciendo su vida, sin importarles la nuestra. Y a pesar de liosa cámara (el pero punto del juego), se muestra bella y simpática, con ese estilo escandinavo, cuadriculado y colorido que la invita a explorar. Ese singular apartado artístico es uno de los pilares del juego. Bebe directamente de la obra de Niklas Åkerblad, y tardan ustedes en seguirle y maravillarse con lo que hace.

Querría decir más sobre el juego, pero me lo reservo para la crítica. Me queda mucho por recorrer en else Heart.Break(). Mucho SPRAK por aprender, mucho que descubrir de Dorisburg y mucha historia por desenredar como para emitir un juicio mucho más profundo. Pero en esta primera impresión, tras unas cuatro o cinco horas, puedo aventurarme a decir que es uno de los títulos más originales que he probado en 2015. Algo único que hay que experimentar.

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