Corría el verano de 1996 y, como es habitual en España, la ola de calor azotaba con sus látigos infernales todos y cada uno de los rincones del país. Sin embargo, en un salón recreativo poblado de irreductibles frikis, nos resistíamos a sucumbir a la tiranía del astro rey con nuestros bolsillos cargados de monedas de 25 pesetas de las gordas para echar la tarde entre partida y partida. Entre todos los armatostes metálicos uno de ellos brillaba con luz propia y acogía en su seno una interminable fila de jóvenes, y no tan jóvenes, deseando que llegase su turno para convertirse, por momentos, en el arquetipo de héroe americano (o al menos nosotros lo veíamos así). Me estoy refiriendo, cómo no, a la máquina recreativa de Metal Slug, de la antes conocida SNK y ahora llamada SNK Playmore.
Mi padre suele decir que la comida tiene un poder que no tiene ninguna otra cosa; la posibilidad de transportarte a recovecos de tu memoria y de ser un elemento conductor capaz de hacerte sentir como si estuvieras en un lugar exacto, en un punto exacto, rodeado de ciertas personas, olores, sabores, etcétera. No estoy del todo de acuerdo con él, porque considero que el videojuego también tiene esa capacidad, de hacer que tu cabeza evoque recuerdos que para ti parecían sepultados por las arenas del tiempo. Y esto es una de las cosas que trata de hacer Broforce y, bajo mi parecer, lo consigue con una nota sobresaliente: evocar todo tipo de recuerdos y volverte a convertir en un puto héroe americano. Pero Broforce va un poquito más allá, porque pese a que tu cabeza es la de aquel chaval de catorce años, tu cuerpo de pronto se cubre de músculo tostado a rayos uva, se impregna de sudor y barro, te sale barba, pero barba de verdad, no la de estos hipsters barbudos modernos y tu voz desciende sobre la marcha dos octavas completas.
Broforce es una subidón de adrenalina cargado de humor y referencias en un run & gun hecho en pixelart y mimado hasta el más pequeño de los detalles. En él controlamos, en un principio, a alguno de los personajes de películas y series de televisión de la época de los 80 como a Mr. T del Equipo A, al puto Rambo, al jodido Chuck Norris de Texas Ranger, etcétera, y nuestro objetivo, según el modo de juego que escojamos, es llegar al final de la fase, cargarte al diablo encarnado, plantar la bandera yanki y largarte en tu helicóptero cagando leches mientras explota todo a tu paso. Broforce es una oda de explosiones, sangre y vísceras pixeladas cuya acción transcurre en Vietnam y, al más puro estilo Metal Slug, tendremos que ir rescatando rehenes de sus jaulas. Y con esto de los rehenes es donde viene la intríngulis del asunto. Porque cada vez que rescatemos a un rehén estaremos un pasito más cerca de desbloquear a otro puto héroe americano. Y la lista no se detiene en los años 80, no señor, porque a medida que avancemos controlaremos a personajes de todo tipo. Hablar de ellos sería destripar parte de la gracia del juego, pero me limitaré a decir que yo he flipado controlando a Neo de The Matrix o al puto Wesley Snipes en Blade.
Además, Broforce no es tan fácil como lo pintan, porque nuestros héroes americanos son héroes, sí, pero también son de carne y hueso y mueren al primer disparo. Empezaremos cada fase con una sola vida y con un héroe aleatorio de los que tengamos desbloqueados, así que tendremos que encontrar jaulas de rehenes lo antes posible para aumentar en una vida más nuestro contador. Pero no todo es fantasía y purpurina, porque cada vez que rescatemos a un rehén cambiaremos de héroe, también de forma aleatoria. Cada héroe tiene un ataque principal, un golpe de machete y un ataque especial de uso limitado. Rambo tiene una metralleta y granadas, Mr. T tiene un lanzallamas y cohetes, etcétera. Así que Broforce nos obliga a adaptar nuestro modo de juego a cada uno de estos héroes que cuenta con sus pros y sus contras, y la situación no siempre será la más propicia para el héroe que te haya tocado, así que deberás de agudizar tu ingenio y ver si entras en esa habitación repleta de soldados por la puerta principal y haciendo mucho ruido o das un rodeo y te los cargas a todos desde la ventana de atrás.
Broforce es un producto de la mente de los chiflados de Devolver Digital que actualmente se encuentra en Early Access en Steam al precio de 13,99€ y es compatible tanto para Windows como para Mac. Al encontrarse en Early Access el juego técnicamente está incompleto y tiene en beta casi todos sus modos de juego, así que puede que cuando leas estas palabras el panorama haya cambiado, y seguro que a mejor. En el momento de este artículo el juego contaba con cinco modos de juego y un editor de niveles. Un modo campaña, un modo arcade, un modo carrera, un modo deathmatch, un modo explosion run y por último, pero no por ello menos importante, un editor de niveles. Así que como podréis observar, el paquete de momento viene bastante completito.
Debo decir que en las cuatro horas que le he dedicado a la campaña principal no me he encontrado ni un solo bug y el resto de modos de juego que he probado de pasada (me los reservo para el análisis cuando el juego esté acabado) se dejaban jugar todos sin ningún problema. Además, se puede jugar a Broforce en solitario o en cooperativo de hasta cuatro jugadores tanto en offline como en online, así que si tienes mandos suficientes, avisa a todos tus colegas del colegio y lánzate a matar masillas como si no hubiera mañana, porque Broforce saca lo más macho que pudieras llevar dentro.
Posdata: Broforce se disfruta mucho más con una cinta roja en la frente, en calzoncillos y con un montón de cervezas al lado, pero si os preguntan, yo nunca os he dado esta recomendación.
Página web de Broforce