El próximo 5 de Junio comienza el E3 2012 en la ciudad antes conocida como chuachelandia. Allí estará lo mejor de cada casa presentando juegos y hardware mientras que un montón de babes con poca ropa sonreirán para las cámaras de todos los pajeros enviados allí por los distintos medios, sin entender absolutamente nada de lo que está pasando. Esto es el E3 y no, no hay más. Al menos este año.
El E3 ha sido siempre el principio del arco iris. Allí nacen los sueños. Esa oda cuasi-pornográfica a la tecnología del entretenimiento donde se presenta aquello que acabará con nuestra vida social en los próximos meses o años. El E3 es el último capítulo de Lost, es la expulsión de Gran Hermano, la conversión máxima del medio en un espectáculo vacío donde ricachones que manejan presupuestos de cientos de millones actúan para todos nosotros como títeres imberbes en escenarios kilométricos. Es el puto Jersey Shore del sector. ¿Quieres ser un auténtico Guido? Ahí está Jack Tretton para mostrarte el camino. Porque eso es el E3 en última estancia. Es la visión que tiene un tipo con un traje de 5000$ de lo que TÚ necesitas. Y joder, TÚ necesitas un huevo de cosas.
Durante estos últimos tiempos ha quedado claro que tú eres el gran jugador hardcore, el puto rompe-bragas gamer para el que toda la industria trabaja. Ahí tienes tus mejores gráficos, tú avanzado sistema de coberturas, tus entornos destruíbles, tus 24 jugadores en línea, tu antialiasing 16X, tus 3D, tu puntuación online, tu DLC, tus logros, tus enemigos más grandes, tu control por voz, tu modo locura, tus múltiples ramas de mejora, tu toma de decisiones, tu argumento novelesco de todo a 100 y todas esas cientos de jodidas mejoras que pedías a gritos porque tú, ante todo, antes que humano, mamífero, padre, hijo, hermano, hermana, novio, novia o charcutero. Antes de todo eso tú eres HARDCORE y eso bien merece que Tretton, Cliff B. o el mismísimo Newell hagan un número de natación sincronizada para ti.
Sin embargo, y vamos a ponernos serios, el tipo con el traje de 5000$ no te es completamente fiel. De vez en cuando mira hacia otros de reojo y en su fuero interno piensa que con ellos todo sería mucho más fácil. No tendría que esforzarse tanto para gustarles. Donde tú buscas a Megan Fox protagonizando una escena lésbica con…. OTRA MEGAN FOX, ellos se conforman con verle las rodillas a una Johanson cualquiera. Putos casuals. Síi, putos casuals, pero son la clase media (si es que queda de eso) y hay muchos más que hardcoretas muy hombres como tú. Y el tipo con el traje de 5000$ piensa en ellos por las noches aunque no quiera, y se levanta con el corazón agitado dudando de sus sentimientos hacia ti. Porque si, tu le has dado mucho y, de hecho, no quiere perderte. Es aún peor: quiere compartirte. ¡Puto degenerado!. Al principio no es fácil aceptarlo, pero poco a poco comprendes que si quieres que esta relación continúe tendrás que pasar por el aro y admitir la existencia de terceros. Y estos casuals entra en tu vida ¡y en tu E3!, y para ellos hay control gestual, juegos familiares, imagina ser…, imagina no ser…, juegos sociales, mandos con dos botones, juegos de baile, juegos de Facebook, juegos para smartphone y juegos en los que tienes que cuidar cachorros y evitar que las moscas sobrevuelen sobre su cabeza cuando está sucio y desnutrido. La industria crece, el tipo de traje de 5000$ quema su traje y se compra otro igual para él y para su perro PORQUE PUEDE y el E3 sigue su curso. Todo bien.
Y así llegamos al E3 de este año, a Los Angeles nada menos. Tierra de espectáculos y bandas callejeras formadas por latinos que sólo se abrochan el último botón de su camisa de manga corta ¿Que cojones os pasa? Entiendo que haya que tener una especie de moda que os distinga, un logo hipster que la gente ponga en tumblr y las adolescentes identifiquen con tipos con barba y camisas de cuadros pero ¿el último botón de la camisa, en serio? Ahí radica vuestro fracaso como modernos y como banda. En fin, el E3 ¿Que va a ofrecer la industria este año? Ya os lo digo yo. Nada. Ojo, nada de nada no. Irán allí, pondrán unos vídeos cojonudos sobre algunas continuaciones conocidas, alguna nueva IP que mezclará con acierto acción, sigilo y rol, presentarán algún título de baile porque todos sabemos que bailar delante de la consola, o en cualquier otro lugar ¡ES LO QUE LO PETA TIO! Claro que si, con dos cojones. Convirtámonos en una suerte de Footlose del siglo XXI. Lo siento Kevin Bacon, tus bailes de mierda ya no ofenden a nadie en este pueblo, pero oye, si quieres podemos grabarte y venderte como DLC. Espera, que aún queda lo mejor: Nintendo. Si, Nintendo. Con ese Miyamoto que ahora mismo es más español que nunca. Porque Miyamoto es nuestro, no se equivoquen. Le hemos dado un premio por su gran labor comunicadora ¿Y por qué? Pues porque en Francia le concedieron el titulo de Caballero de la Orden de las Artes y las Letras y reconozcámoslo: no nos gustan los franceses. Esa es la única razón por la que concedemos un premio a Miyamoto por una labor QUE NO EJERCE. Que no pasa nada, que está bien, pero ya puestos haberle dado el Goya a mejor actor revelación. Bueno, pues Nintendo. Iwata sabe que en este E3 la tiene más larga que ninguno y ahí va a estar presentando su WiiU, que a día de hoy es un poco como lo de Bankia: todos queremos enterarnos de que cojones se trata. Porque si, parece que uno de los mandos será un tablet… (insertar sonido de grillos aquí) y ya. Poca broma con Nintendo, que bajo la premisa de añadirle una pantalla táctil a un mando y cobrarte 100€ se va a sacar una consola de la manga ¿Acaso eso no justifica un Príncipe de Asturias? Pues eso.
Ahora llega lo difícil, la pregunta del millón, la del apartamento en Torrevieja con vistas al mar y vecinos canis: ¿quién tiene la culpa de todo esto?. Pues siento decirte querido amigo, que la culpa de todo la tienes tú. Tu con tus ansias por mejores gráficos y tu hipoteca que no puedes pagar. La industria está acojonada por tu culpa, porque nadie sabe si las 3D lo han petado porque nadie tenía un puto duro para cambiar la tele que se compró hace dos años. Porque tu sueldo de mierda acojona al señor de 5000$. Porque ese tipo necesita tu dinero para dar de comer a su perro esa mezcla de caviar y ternera Kobe que tanto le gusta, y ahora por tu culpa ese perro puede perder el equilibro que reina en su nutritiva dieta. ¿Te das cuenta de lo que estás haciendo? Estás jodiendo la vida a un perro, con su mirada triste de perro y todas esas cosas graciosas que hacen los perros. Vale, quizá no lo estés haciendo de manera consciente, quizá esta puta crisis nos está dejando a todos algo descolocados, pero lo cierto es que ese perro sufre las consecuencias.
Antes esto no pasaba, antes todo esto era fácil. Antes no triunfaba un puto juego en el que lanzas pájaros. Antes tu sacabas un clon de Double Dragon al que le añadías un movimiento tipo «codazo volador» Y LO PETABAS. Tú lo flipabas, el de Konami se forraba y el perro de turno comía hasta reventar. Pero no, ahora no. Ahora resulta que un juego de lanzar pájaros es lo más, que hay gente que quiere bailar delante de una pantalla y que encima esto está lleno de gafapastas que sólo miran hacia el mercado indie. Ahora nadie tiene ni puta idea de nada. Que sí, que puedes tirar de otro Gears, de otro Halo o sacar otra expansión de Sims o WoW, pero el resto, el resto es un camino oscuro y difuso que al tipo del traje de 5000$ hace que las gónadas se le encojan y su mujer se busque un amante cumplidor porque su marido, aunque bien vestido, parece más enamorado de su perro que de ella. Esto no está bien. Ante esto, la industria lo único que puede hacer es gritar bien alto, bailar bien fuerte y vestir lo más guarramente a todas las azafatas de la feria. Porque detrás de esto, detrás de todo este despliegue lleno de luces, ruido y retransmisiones en streaming no hay nada. Sólo un perro asustado mirando su plato de comida.