Comentaba con respecto a The Horror at M.S. Aurora que a mí el mar me da cosica cuando miro para abajo y veo un azul oscuro casi infinito, donde sospecho que cohabitan cientos de especies de criaturas alienígenas y la versión más malvada aún de Angela Merkel. Sin embargo, ahora llega Memories of a Fisherman para dejarme claro que también se puede pasar mal en tierra firme, y yo ya no sé qué hacer.
El juego nos pone en la piel de un pescador corriente y moliente que acaba de volver de una larga jornada de pesca. Al llegar, la isla en la que vive está llena de un silencio extraño, una quietud sin vida en los alrededores. El pescador busca y no encuentra a nadie; ni a su familia y amigos, ni siquiera un triste animal vagando. Hasta que aparece el cadáver de un granjero, que describe el horror por el que ha pasado en sus últimos minutos. Así que toca, como padre, ir a buscar a la familia, explorar la isla en busca de respuestas.
Ahora mismo se encuentran embarcados en una cruzada por su financiación en Indiegogo, y parece que han empezado un poco mal, no sé si porque han tenido poca difusión o porque a la gente no le convence el motor gráfico un tanto mierder que luce, aunque yo prefiero ver eso a un puñado de ideas y nada de ingame.
La cosa es que se vende como un juego de mundo abierto y terror, en la ya tradición de los Dear Esther, Miasmata…con la posibilidad de elegir qué misterios perseguimos, qué puzles resolvemos y en qué nos centramos. Todo ello mientras somos perseguidos por ese horror extraño e insistente que quiere jodernos la vida a nosotros y a nuestra familia.
A mí me ha gustado lo que veo y desde aquí les deseo suerte, es cada vez más difícil conseguir financiación ante la imparable marea de proyectos que van surgiendo.
Indiegogo Greenlight
