Últimamente me estoy dando cuenta de que le estoy exigiendo a los juegos en general un valor adicional para pararme a verlos, quizá esto es debido a la cantidad de juegos que hay y la saturación de información en internet. Esta es una reflexión que me lleva a pensar que quizá también hago lo mismo con la música y con las películas, debido a que cada vez tengo menos y menos tiempo libre para mí. Creo que este valor adicional tiende a ser algo emocional, y también algo que la publicidad, televisión, youtubers y bloggers no hayan estado machacando hasta la saciedad.
Si seguís la página sabréis que al menos algunos de nosotros nos encantaría viajar al IGF (Independent Game Festival) para descubrir de primera mano lo que tienen en la cabeza ahora los que aspiran a crear videojuegos, o los que quieren hacer algo diferente. Pero por el momento tenemos que conformarnos con leer su página web, y en este caso ver los estudiantes de este año. Ponerse en la tesitura de tener que elegir entre tanta genialidad debe ser complicado (son muchísimas las propuestas de estudiantes), os invito a verlos todos pero yo personalmente me he quedado con tres.
En a.part.ment, nos cuentan la historia de un chico al que le ha dejado su novia hace 4 años. Recuerdo que mi profesora de literatura de la universidad nos enseñó una vez una forma muy interesante de contar algo, sencillamente no contándolo, y nos ponía de ejemplo un papel donde recortas una figura, y así nos hacemos a la idea de la propia figura por su ausencia. El viaje que propone a.part.ment nos cuenta cómo fue su relación a través de recuerdos, es decir, a través de “no estar” y desde la primera persona, sobre todo haciendo incapié en la soledad como hilo narrativo. Lo veo muy agradable y apto para todos los públicos, con una banda sonora además muy chula.
Por su parte, Downwell es como jugar a un juego de Spectrum pero con todo el conocimiento y vuelta de tuerca a la que hemos podido llegar desde los 80 hasta 2015. El Scroll es hacia abajo y la única dirección en la que puedes disparar es hacia abajo, magnífico. En cierto sentido me ha recordado a Livinstone Supongo y sobre todo a Bomb Jack por el retroceso cuando disparas. El objetivo parece sencillo pero da muchas ganas de jugar, y eso a día de hoy es decir mucho.
Por último Close Your nos pone en la primera persona persona de alguien que ha tenido un accidente de coche, con daño cerebral y pérdidas de memoria, e introduce el parpadeo como sistema de entrada. Close Your nos cuenta con su lenguaje la vida misma, y además utiliza tu cámara web como forma de saltarse la cuarta pared y afortunadamente para eso no hace falta tanta GPU.
Después de contaros esto, por mi parte veo que lo que más me interesa ahora son por un lado juegos divertidos que no me hagan sentir como si fuera gilipollas, como Downwell, y por otro experiencias emocionales que te pongan lo mejor posible en el centro de la vida de otras personas, como cuando ves una película o lees un libro, y no te planteas si estás jugando o no, o si a lo que juegas es un juego o no, simplemente lo experimentas. Me encantaría ver que la industria va por ese camino, el de divertirnos de forma inteligente, o el de disfrutar con experiencias en primera persona que permiten desarrollar un nivel de empatía con los personajes que sería muy complicado alcanzar con otro lenguaje.