Decía Karl Marx (no se han equivocado de web, no) que el obrero acaba alienado con respecto a su trabajo porque pierde el vínculo absoluto con lo que produce, con su plusvalía. Se alquila a sí mismo como mano de obra y puede cambiar de capitalista al que ofrecerse, pero nunca salir de esa lógica perversa en la que tiene que convertir su fuerza de trabajo en dinero y a sí mismo en una plusvalía. O algo así, no me pidan que me acuerde bien que lo leí hace mucho, y tampoco que vaya a consultarlo porque esto es Internet. Pero no hace falta que se vayan a Marx, tranquilos. Basta con que hayan visto El Club de la Lucha (ni siquiera que lo hayan leído), que es profundamente marxista, para que entiendan lo alienante y terrible que puede ser estar en una espiral inacabable de trabajo de oficina.
¿A dónde quiero llegar con toda esta perorata? A lo de cómo trabajar en una oficina puede matarnos lentamente, especialmente en esta época en la que los salarios cada vez son mas míseros y los bienes de consumo se alejan de lo que puedan contener nuestras carteras. De algo así quiere hablar Lepofrenia, desarrollada por un equipo de rusos denominado SEA-EYE del que no puedo contarles demasiado porque su web está en (sorpresa) ruso. Una aventura gráfica en la que encarnamos a un administrativo que se parte el lomo haciendo horas extra en una empresa de mudanzas, matándose a beber hasta que una pastilla le lleva a una situación… mágica.Lo cierto es que aparte de la propaganda izquierdosa (¿a qué demonios vienen a un artículo mío, si no?) no hay mucho más que contar sobre Lepofrenia: apenas las dos cositas que ya les he dicho y que están en su Greenlight. Su estética es la de muchos indies, apunta a un lugar tristemente común (y que ya se está tocando) y tiene ese encanto de lo ruso que tanto nos gusta en esta web.
No sé, si tras leer esto no les da por instaurar la dictadura del proletariado al menos denles un voto para que estén en Steam.Greenlight