Algo se me muere un poco en el alma cuando un proyecto que me interesa se queda en el limbo. Porque una cosa es que salga adelante y no cumpla con las expectativas y otra bien distinta, que no tenga ni la posibilidad de ser, de desarrollarse. Esto es algo tremendamente habitual en el desarrollo de videojuegos, lo que pasa es que antes uno no se enteraba porque la mayoría no pasaba de la orilla en preproducción o recibía la desconexión del oxígeno de la financiación antes de ser noticia. Sin embargo, ahora con Kickstarter, uno se ha acostumbrado a que un cierto número de títulos interesantes, aún alcanzando su financiación, dejen de materializarse. La lista es larga y deprimente, así que se las voy a ahorrar, y entre ellos estaba Tangiers.
Les hablé por primera vez del título de Jessica Harvey en el lejano 2013. En su primera encarnación pretendía ser un videojuego de sigilo y surrealismo, con claras influencias de autores como Burroughs y Lynch y de juegos como la saga Thief. Mundo roto por la presencia del protagonista como agente extraño, diseño artístico dadaísta… no tuvo problema en recaudar lo que pedía. Luego vendrían los problemas médicos y económicos de la creadora y la realidad de que un proyecto así probablemente sería inabarcable con lo recaudado. Es algo terriblemente habitual en el desarrollo independiente. Pero hubo un atisbo de luz en forma del encuentro con varios amigos para lanzar Paratopic, una obra más pequeña y contenida que no ha sido un grandísimo pelotazo en ventas pero sí les sirvió para fundar un pequeño estudio (Arbitrary Metric) y tener un flujo constante de ingresos. ¿Y qué hacer con ese dinero? Trabajar, mantenerse a flote y vivir. E invertirlo en Tangiers (tras lanzar previamente vía Humble Monthly un interesantísimo Roman Sands).
Ha habido que volver al código, pelearse con él y reconstruirlo prácticamente de cero. Darle una vuelta a todo para poder hacerlo funcionar. Eppur si muove. Pueden encontrar una explicación mas detallada de la autora en el propio Kickstarter del juego. Me alegra ver la valentía de querer seguir adelante, sobre todo porque creo que Tangiers tiene la posibilidad de ser algo muy interesante y que seguramente funcionará mejor ahora que un equipo de gente trabaja en él frente a ese infierno que debe de ser el desarrollo individual. Y, en el fondo, supongo que lo que más nos gusta a todos es una historia de caídas y resurrecciones.
Tangiers llegará en algún momento de 2021, si nada se tuerce (más aún)