Jakub Kasztalski debe sentir un tipo especial de HAMOR por lo steampunk. Lo demostró en Postmortem: One Must Die (al que aún no he jugado, y no será por falta de interés o ganas) proponiéndonos un mundo paralelo de intrigas palaciegas con un sabor muy decimonónico, y ahora se anima con este Karaski a seguir explorando el género.
Su nueva incursión está en fase temprana de desarrollo, pero nos propone infiltrarnos en un zeppelin dañado para recolectar pistas, mientras interactuamos con un elenco de secundarios a los que el autor quiere dotar de vida y de reacciones a lo que hagamos. Hay mucho de investigación para el setting, en un pasado steampunk a principios del siglo XX en el este de Europa, con retazos de folklore eslavo y detalles realistas en el zeppelin, con el que podremos interactuar.
La libertad de movimiento y elección combinará con escenas de sigilo e infiltración y otras en las que interactuaremos con los personajes (o sus habitaciones en el zeppelin, al colarnos) para seguir profundizando en la historia, con un setting que ya el creador quiere seguir desarrollando entremezclándolo con su juego anterior.El propio autor ha reconocido basarse para el diseño en esa pequeña joya que es Thirty Flights of Loving, aunque yo también le veo un pequeño ramalazo Jazzpunk. Y lo cierto es que le va como anillo al dedo, uno puede imaginarse recorriendo ese mundo de muñecos acartonados y resolviendo misterios en las tripas del titán volador sin ningún esfuerzo.
Como digo, está en fase muy temprana de desarrollo, pero me ilusiona. Me gusta porque su “predecesor” es un videojuego distinto, porque el creador tiene las ideas muy claras y se ha documentado y porque hace tiempo (quizá desde Indiana Jones y la Última Cruzada) que no me subo a un zeppelin.
Así que toca esperarlo con ganas y avisaros cuando lo probemos por aquí.Vía: IndiegamesKaraski