Comentaba no hace mucho en la columna que escribí sobre Guadalindie, la importancia de los eventos para crear comunidad. Es más, la importancia de la comunidad como pilar básico para hacer crecer el videojuego a todos los niveles dentro de nuestras fronteras. Adivinarán por tanto la ilusión que me hace hablar de Jugar Jueguitos, un proyecto que viene desde Galicia y que surge para generar actividad cultural en torno a los videojuegos experimentales, el arte interactivo y las distintas manifestaciones artísticas que se influencian e inspiran en los videojuegos; tanto en Galicia, como a nivel digital.
Huyendo de propuestas centradas en mercado o industria, Jugar Jueguitos pone el foco en la perspectiva artística y experimental del medio, así como en su potencial de expresión. Para ello, el próximo viernes 31 de mayo inaugurará su primer proyecto/exposición en Pontevedra, Galicia, el cual contará también con una jam digital. Esta primera exposición reunirá a diferentes artistas regionales, nacionales e internacionales que experimentan con el videojuego como medio de expresión. Una primera muestra que sirve para mostrar el potencial artístico del medio y que cuenta en su selección con videojuegos experimentales, Net art, poemas interactivos, autoedición experimental, video arte, fotografía, ilustración, escultura e instalación.
Entre los artistas que participan en este primera propuesta de Jugar Jueguitos se encuentran Isi Cano, Eufrasio, Iván McGill, Alien Melon, Blaž Gracar, Cecile Richard, Nacho García, Luis Yang y Future Ruins entre otros. Además, en el periodo que durará la exposición, del 31 de mayo al 10 de junio, también se estará organizando una jam digital y un taller de Bitsy presencial en Kentada, la asociación cultural autogestionada en la que se hace este primer evento.
La nota de prensa enviada por Jugar Jueguitos indica que que este proyecto no sería posible sin la existencia e influencia de otras organizaciones y colectivos como: Resistencia Videolúdica, La madriguera LGBT+, ArsGames y Málaga Jam, lo que viene a reforzar todavía más la idea de que la única manera de hacer cosas interesantes fuera del estamento industrial. Desde aquí la mejor de las suertes.