En los dos años que lleva en el mercado, Move lo está petando tan fuerte como Kinect o más. Quizá esa sea la razón de que uno se ilusione con propuestas como este Until Dawn, un título que pretende meternos en el papel de dos adolescentes atractivos, llenos de hormonas y completamente idiotas que serán perseguidos por el psicópata de turno.
Ahí lo tienen, su poquito de Alan Wake en el diseño, kilos de polígonos dedicados a modelar el culo de la protagonista, un tipo con una mono de trabajo y una máscara empeñado en descuartizar cualquier cosa que tenga dientes y Move para dirigir la linterna. Puede estar bien.