La fantasía heroica da calorcito.
Hace un bochorno insoportable mientras escribo esto, y quizá no sea el mejor paralelismo del mundo, pero déjenme que lo desarrolle. Les decía hace unas semanas, al hablarles del juego de rol basado en Pathfinder en el que participa Chris Avellone. que estaba comenzando a saturarme tanta ambientación fantástica. Pueden aún hacerse cosas con el género, pero desde luego, la sobredosis de espada y brujería genera un efecto bola que se hace difícil de tragar. Quizá no dé calorcito, vale, pero desde luego, lo que no hace es refrescar. No sirve para luchar contra este bochorno terrible que me come y llena de sudor. Por suerte no voy a hablarles de eso, sino de Empyre: Lords of the Sea Gates.
La obra de Coin Operated Games nos traslada a Nueva York durante 1911. No la de nuestra dimensión, sino a una realidad en la que la ciudad se ha visto absurdamente inundada por la crecida de los océanos y debe existir ahora rodeada de agua que no es apta para el consumo humano. Ellos lo llaman “neo-victoriano” pero yo veo ahí una mezcla loca entre el (exigible) steampunk, la época de la Ley Seca, la Edad Dorada estadounidense y hasta la serena belleza apocalíptica de una de las mejores novelas de Ballard. ¿Cómo se te queda el cuerpo?
Viendo el vídeo está claro que hay cositas que pulir (el combate que muestra ahora mismo me da una pereza salvaje), pero han tirado por un camino inteligente alejándose de todo lo fantástico y dándole al jugador un mundo absolutamente único que explorar. Y un único objetivo: encontrar una fuente de agua apta para ser bebida.
La idea del estudio es basarse en los RPG’s clásicos de la década pasada (y anterior), y a mí esto me hace feliz pero también me pone un poco en guardia. A poco que cuiden las mecánicas (que las de muchos RPG’s antiguos dan bastante cosa) se me quitará toda precaución y caeré terriblemente enamorado, pero ojo con eso.
En teoría no habrá que esperarlo mucho: este otoño estará entre nosotros. Veremos si al final refresca.Página Oficial