El camino hacia la oscuridad, por Alan Wake

«He caminado con Alan Wake a través de los bosques en la oscuridad, he visto su dolor, he sentido su temor y sus irracionales ganas de seguir adelante, incluso cuando nadie te cree, cuando todo el mundo piensa que estás loco, cuando el amor es lo único que pone orden en medio del caos, y dentro de la oscuridad. Empieza la pesadilla.

He leído casi todas las páginas de su libro, y he entendido como el destino estaba impregnado en ellas, como esquelas sobre el futuro, y sobre el pasado. No es una sensación cómoda ver que los acontecimientos ocurren tal y como está escrito en dichas páginas, no se limitaban a ser panfletos informativos, eran mucho más que eso, Alan y yo lo sabíamos y las buscábamos con obsesión milimétrica, peinando la zona, porque de ellas podría depender su vida y la de su mujer.

He visto como era su piso en la ciudad y a la mujer de Alan sin que ellos me vieran a mi. Tenían una relación perfecta, ella era su musa. Viéndoles así nadie podría imaginar los horrores que se avecinaban. Inmerso en las pesadillas y la locura, perdido en un pueblo, nadando en el lago de la oscuridad, donde todo empezó. El destino de Alan no estaba carente de cierta ironía, nadie quiere unos días de vacaciones en la más completa oscuridad.

He suspirado de alivio cuando he visto salir el sol, y me he aterrado como un niño pequeño intentando dormir en la oscuridad de la noche, en medio de los bosques sintiendo como la oscuridad se cernía sobre nosotros, cuando encender una linterna podía ser la diferencia entre vivir o morir. Nunca sabes lo indefenso que puedes llegar a sentirte cuando lo único que tienes en la mano son unas cuantas bengalas que alguien había dejado curiosamente en medio del bosque.

«No te fíes de nadie en la oscuridad»… «por aquí»… Alguien dejaba pintadas en las paredes dándonos pistas y mostrándonos el camino a seguir, como si ya hubiera pasado por lo mismo, aforismos e indicaciones a los que nos aferrábamos y que teníamos muy presentes. No importaba mucho quién los había escrito, pero estaban ahí y eso reconfortaba.

El poder de la oscuridad era capaz de poseerlo todo, tanto a las personas como a las máquinas y objetos, pero una linterna con suficientes pilas y las pocas armas que íbamos encontrando por el camino nos ayudaban a seguir. Desde el principio, sabíamos que en caso de que tuviéramos problemas sólo había que correr hacia la luz, tenía más sentido que quedarse en la oscuridad luchando contra los fantasmas de la noche.

En nuestro viaje hacia el corazón de la oscuridad encontrábamos radios y televisores en lugares insólitos: A veces veíamos a Alan en el televisor viviendo una pesadilla en la que él mismo escribía su propia historia, otras escuchábamos programas de radio en medio de la noche que nos abrían los ojos y nos ayudaban a entender el por qué de todo lo que estaba ocurriendo, o incluso nos mostraban lo que no podíamos ver. Nunca olvidaré la serie de televisión Night Springs. A veces incluso una canción escrita hace años podría ser la clave de todo. y tenía mucho sentido que lo fuera.  Las pistas estaban dispersas en un gran plan maestro, donde los locos están muy cuerdos, y los cuerdos eran propiedad de la oscuridad. Todo parecía un gran sueño lúcido en el que había algo que no podíamos controlar.

A pesar de todo el sufrimiento, miedo, y tensión, llegamos al final sin demasiados problemas, no nos perdimos en ningún momento ni nos olvidamos de nuestro objetivo, el camino estaba trazado claramente, sin ninguna duda. Alan parecía feliz por fin… pero en nuestro viaje, ambos aprendimos que siempre tiene que haber un equilibro entre la luz y la oscuridad…»

Me encontré esta nota hace una semana encima de mi mesita de noche. Quiero creer que todo esto es un sueño.

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